clases de religión en los colegios

La reforma educativa garantiza la educación integral de la persona. La formación religiosa no es una ideología, es el compendio de la formación en calidad del hombre. A través de esa formación la persona va profundizando en su vida, va poniendo al descubierto situaciones comparativas que le llevan a reflexionar y gracias a esa orientación que recibe no caminará a la deriva ante la responsabilidad de resolver situaciones adversas.
Extraña como personas nobles quieren anular esta asignatura como enemiga de la libertad. Toda libertad tiene que ir encaminada a un fin y esta libertad le da al hombre autonomía propia, claro está, si le convence.

Hago una aclaración a los padres. Desde su origen, la Iglesia se ha manifestado como Madre, por eso creo que es bueno educar a los hijos bajo su tutela. La enseñanza religiosa orienta a vivir en obediencia, disciplina, enseña a los niños desde pequeños a respetar a los mayores, a tomarse en serio sus palabras y consejos. En esa enseñanza religiosa los niños, jóvenes y adultos se ven orientados a una conciencia recta, y es ella la que ayuda a fortalecer una sociedad más justa.

Puede haber otra opción mal encauzada y creo que es la otra alternativa que a veces se le llama libertad: que los niños ya de pequeños tomen decisiones personales, que sean rebeldes con profesores y mayores, que desechen la disciplina en la enseñanza, para no sufrir traumas.

Vivimos en tiempo de mayor confrontación política. Pienso en el gran daño que nos hacemos manifestando nuestras diferentes ideologías, para rivalizar en opiniones sin ahondar en otros beneficios.

La Iglesia enseña a servir, enseña a servir a los más necesitados, como es el caso de la gran labor que hace Caritas y además ocupa espacios de colaboración en tantos sitios que hoy le reclaman. Vuelvo a recordar esa frase muy acertada: La Iglesia propone, pero no impone.

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