Diversidad y autonomía

Estimular la diversidad y la autonomía de las escuelas es el camino para elevar la calidad de la enseñanza pública, incluso debería permitirse que escuelas públicas se convirtieran en independientes, gestionadas pro entidades no estatales, ya que favorecería la calidad y la libertad de la enseñanza, ya que podrían, así, desarrollar métodos pedagógicos propios y seleccionar alumnos y profesores para subir el nivel de los centros, ya que la experiencia nos dice que se deja en la estacada a muchos escolares por fijar las mismas clases a todos los alumnos, y los mismos horarios a todos los centros, ya que se sabe bien como repercute la
Estimular la diversidad y la autonomía de las escuelas es el camino para elevar la calidad de la enseñanza pública, incluso debería permitirse que escuelas públicas se convirtieran en independientes, gestionadas pro entidades no estatales, ya que favorecería la calidad y la libertad de la enseñanza, ya que podrían, así, desarrollar métodos pedagógicos propios y seleccionar alumnos y profesores para subir el nivel de los centros, ya que la experiencia nos dice que se deja en la estacada a muchos escolares por fijar las mismas clases a todos los alumnos, y los mismos horarios a todos los centros, ya que se sabe bien como repercute la organización escolar, (gestión de presupuestos, horarios, distribución de profesores...) en el progreso de los alumnos.

La escuela pública está concebida como unificadora, para asegurar la igualdad de oportunidades y compensar las diferencias sociales, pero, en la práctica, no siempre lo consigue, ya que la disparidad de partida se mantiene en buena parte, porque el menú único, no sirve para las necesidades de los estudiantes menos favorecidos así que la receta, sería poner al alumno en el corazón del sistema, o sea, un conocimiento más preciso de las necesidades de cada alumno.

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