EL HOMBRE DE LAS LÁGRIMAS

En un pueblecito de Galicia había un hombre que todos los días se sentaba en la orilla del mar a llorar.
La gente que por allí pasaba inventaba que la locura de un amor lo ataba. Una tarde de enero una niña que jugaba en la playa lo vio llorar, se quedó mirando al hombre y se sentó a su lado, enterró los piecitos en la arena, y ella también lloró. El hombre con asombro la miró, y sin pensarlo le preguntó: '¿Por qué lloras?'. La niña con suave voz le contestó 'por el mismo motivo que tú'. Y así pasaron muchas tardes juntos. Un día el hombre que siempre lloraba se sentó en la arena con una cajita entre sus brazos. Al llegar la niña ocupó su lado, pero para su sorpresa el hombre no lloraba. Lo observó un rato y por su rostro ni una lágrima rodaba, asombrada le preguntó: '¿Por qué no lloras hoy?', y sin pestañear le puso la caja entre sus manos. Cuando la abrió vio unos lindos zapatos. Desde ese día la niña sus piecitos ya no enterraba, él aferró en su mano su última lágrima, y con fuerza la estrechó contra su alma.

Todas las tardes los puedes ver al pasar, dos personas contemplan sus sueños, en la arena del mar. 'Aunque el mundo derrame lágrimas, siempre hay una puesta de sol para la esperanza'.

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