humillación a la cantera del baloncesto gallego

El sábado 2 de junio se celebraron en Santiago las fases finales de las ligas masculina y femenina de FGB Minibasket y Preminibasket, donde competían los 24 equipos clasificados de las distintas provincias gallegas. Más de 350 niños de toda Galicia con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años acudieron ilusionados para vivir lo que debiera haber sido la fiesta del baloncesto, y que al final acabó siendo una burla y un desprecio a los niños por parte de la Federación Galega y en especial de su presidente, Francisco Martín Micó. Un ultraje al futuro del baloncesto gallego y una humillación a la cantera de este deporte.
La mala organización quedó patente durante todo el evento. No había azafatas, ni personal de organización; ni Protección Civil, ni la Policía Local, ni médicos, ni fisioterapeutas. Por no haber no había ni una ambulancia. Y los pabellones de Vite y Restollal, donde se celebraron los encuentros, no reúnen las más mínimas condiciones para celebrar un certamen de estas características donde se congregaron cerca de mil personas entre jugadores y afición.

La organización siguió siendo nefasta en el almuerzo, pagado por la Federación en una hamburguesería, con horas de espera para ser atendidos. Pero cuando creíamos que nada podía ir peor llegó la clausura. Sin megafonía era difícil entender algo de lo que pasaba. Los jugadores con sus entrenadores a la cabeza permanecían en filas perfectamente alineadas mientras esperaban su turno pacientemente. Los federativos, con su presidente a la cabeza ríen complacidos posando para la foto y los niños comienzan a desfilar recibiendo sus medallas y trofeos, sin que el público pueda saber ni qué equipos son ni qué puesto han alcanzado. Los improvisados fotógrafos comienzan a invadir la cancha y el desconcierto en la pista central es total. Niños recibiendo medallas, padres haciendo fotos, equipos con sus trofeos, celebraciones, cánticos... Mientras tanto, ocho equipos siguen en sus filas formados con sus entrenadores a la cabeza. La ilusión comienza a tornarse en decepción en los niños e indignación en los padres y familiares por la desconsideración y la falta de respeto a unos jugadores que siguen de pie esperando su premio de consolación, pero ahora con los ojos llenos de lágrimas. Y ven como el presidente, sin dirigirles la mirada, ni una palabra de consuelo, les da la espalda con el mayor de los desprecios y aprovecha el tumulto para huir con sus acólitos.

No quisiera finalizar sin un recuerdo para los ocho equipos olvidados por la Federación. Esos niños que nos dieron a todos una lección de comportamiento y deportividad: García Barbón de Vigo (Masc.), Salesianos de Vigo (Fem.), Ferrol C.B. (Masc.) Deporte Gestión BCA (Masc.), Estudiantes Pontevedra (Masc.), Estudiantes Lugo (Fem.), Pío XII de Santiago (Fem.) y Pontumio (Fem.).

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