INOLVIDABLE PADRE SILVA

El instituto no hubiera sido el mismo sin su presencia.
Coincidimos - yo como estudiante - a finales de los años cincuenta y recuerdo su semblante siempre risueño, con una palabra amable, mostrándonos la senda de la responsabilidad. Tuve ocasión de abrazarlo posteriormente acompañando a su circo. San Pedro, Padre Silva, sonreirá observando tu paso diligente entre los luceros. Gracias por haberte conocido.

Te puede interesar
Más en Cartas al director