La libre decisión de la mujer para abortar sin explicar sus motivos a nadie parece ya un derecho irrenunciable, pero resulta que este derecho se está convirtiendo para abortar en función del sexo del bebé o de alguna otra apetencia materna o paterna, ya que si el aborto de niñas es una práctica habitual en China, ahora se está extendiendo también en occidente.
Así, hay que preguntarse si hay alguna diferencia entre eliminar fetos porque sean niño o niña o porque tengan síndrome de Down, o no sea deseado, pero resulta que cuando la sociedad ha admitido el aborto como un derecho, se queda sin argumentos para oponerse a la libertad del aborto selectivo.
La emancipación femenina, de la que tanto se habló hace años, ha hecho del aborto un derecho, la mayor expresión de falta de respeto hacia la dignidad de la mujer.
La emancipación femenina, de la que tanto se habló hace años, ha hecho del aborto un derecho, la mayor expresión de falta de respeto hacia la dignidad de la mujer.
