Los 'Saturnus Vugaris' están llegando, es la época, el otoño. Son esas aves que vienen en bandadas y que viven sin problemas entre nosotros, pero que en esta época del año se convierten en una plaga. Llegan al caer la tarde, poco antes de finalizar la puesta del sol, vienen en grandes bandadas, se cuentan por miles. Se pasan el día en el campo y nos visitan para dormir y defecar entre nosotros, se posan en los cables de la luz, en las antenas de televisión y en lugares altos.
Este año les temo, ya que enfrente de nuestra vivienda están de obras e instalaron una tremenda grúa. Es el lugar ideal para que los 'saturninos', como les llama mi amigo Paco, vengan a pasar la noche y por la mañana nos levantemos y aparezca la terraza, mi lugar de descanso y placer, pintada de blanco, con cientos de puntitos difíciles de limpiar. Sería terrible que el centenar de plantas que con tanto primor cuida nuestra amiga Rosa, se vieran enterradas en semejantes detritos.
En el Ayuntamiento son sabedores de los problemas que acarrean estas aves, pero no saben solucionarlo, esperan que con los fríos y la caída de la hoja se vayan de nuestra ciudad a otros climas más calientes.
¿Cómo podríamos arreglar esto? Se me ocurre, tendré que hablar con el encargado del manejo de la grúa, para que al terminar su jornada laboral la deje orientada como hasta ahora, de forma que los excrementos de los 'saturnos' no nos afecten y se queden esparcidos por los tejados.
En el Ayuntamiento son sabedores de los problemas que acarrean estas aves, pero no saben solucionarlo, esperan que con los fríos y la caída de la hoja se vayan de nuestra ciudad a otros climas más calientes.
¿Cómo podríamos arreglar esto? Se me ocurre, tendré que hablar con el encargado del manejo de la grúa, para que al terminar su jornada laboral la deje orientada como hasta ahora, de forma que los excrementos de los 'saturnos' no nos afecten y se queden esparcidos por los tejados.
