Estos tres casos fueron verídicos. Dos me los contaron hace un año y el otro hará un mes.
El dueño de un perro muriera. Los vecinos le llevaban de comer. Pero el animal con la pena no comía. Uno de los más viejos viera que no estaba en el patio de casa. Buscaron hasta que lo encontraron en la tumba de su amo.
Este caso aún conmociona más por su dureza: el dueño castiga a su perro pegándole fuertemente y remata tirándolo a un embalse. Cual fue su sorpresa que, al cabo de unos días, el amigo fiel volvió a casa. El hombre quedó atónito.
Y por último el más reciente. Un vecino fue a dar el pésame a un pueblo. El féretro del difunto se sostenía con unos caballetes y su perro acostado debajo de él. A mí me pueden contar el caso más insólito referente a los perros que me lo voy a creer.
Este caso aún conmociona más por su dureza: el dueño castiga a su perro pegándole fuertemente y remata tirándolo a un embalse. Cual fue su sorpresa que, al cabo de unos días, el amigo fiel volvió a casa. El hombre quedó atónito.
Y por último el más reciente. Un vecino fue a dar el pésame a un pueblo. El féretro del difunto se sostenía con unos caballetes y su perro acostado debajo de él. A mí me pueden contar el caso más insólito referente a los perros que me lo voy a creer.
