EL PRÍNCIPE ANTE LA MENDIGA

Una mendiga rumana que se asomaba a la iglesia donde el príncipe Felipe iba a un funeral, se le acercó con el ánimo de pedirle una limosna.
Ni corto ni perezoso, él le dio la mano y ahí acaba la historia. Pero esto, que parece una anécdota, no pasa de ser un fiel reflejo de lo que pasa con muchos miles de españoles que lo están pasando muy mal y un poder elitista (y ocasionalmente corrompido) que no se acaba de enterar de lo que pasa. El año pasado mientras el príncipe y su esposa visitaban A Coruña para asistir a la entrega de los diplomas del voluntariado social, tres personas sin techo caían víctimas del frío. Muy significativo.

Últimamente, las autoridades locales están muy preocupados ante la ola de frío, por la repercusión que pueda tener en la población sin techo. Y con ese motivo tienen previsto distribuir mantas y llevarles algún café calentito. No se trata de ampliar las actividades lúdicas (que de eso tenemos bastante) y menos en torno al grave problema del sin hogar. Eso que estamos viendo no es integración social. Dichas personas tienen que tener sus necesidades a cubierto o, al menos, ayudarles a que puedan subsanar sus carencias con acciones de inserción socio laboral.

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