UNA VICTORIA CON SABOR A DERROTA

Hay algo que ha quedado palmariamente demostrado: por mucho que se empecine el PP, el veterano político Javier Arenas nunca será el candidato apropiado para lograr la mayoría absoluta en unas elecciones autonómicas que le permita gobernar en Andalucía. Será prácticamente imposible encontrar unas condiciones más idóneas para poder derrotar al PSOE que en las circunstancias actuales. Es absurdo que el Partido Popular presuma de haber sido la fuerza más votada, cuando el objetivo a lograr, reconocido por todos, era conseguir el gobierno de la Junta de Andalucía.
A partir de ahora, secretarios generales, líderes y dirigentes de distinto rango, comenzarán a aburrirnos con sus argumentos y justificaciones. Todos habrán ganado y nadie reconocerá la derrota. Aparecerán las particulares interpretaciones de los resultados y aquí no ha pasado nada. Fue curioso observar como el rostro de José Antonio Griñán (PSOE) era toda una fiesta a pesar de haber perdido 9 diputados con respecto a las elecciones de 2008.

Ser el partido más votado, obviamente, tiene su mérito, pero no el suficiente en función del objetivo perseguido. El discurso sobre los resultados por parte de Arenas resultó políticamente apropiado como buen profesional que es, pero nada más. El secretario general del PP de Andalucía, Antonio Sanz, cuya oratoria debe mejorar sensiblemente, se pasó de rosca en su primera comparecencia asegurando la gobernabilidad del PP.

Los socialistas, con independencia de la pérdida de diputados citada en relación con los comicios anteriores, han logrado su meta, consistente en impedir que el PP se hiciera con el poder en Andalucía, como auguraban todos los sondeos. El Partido Popular puede disfrazar el muñeco como mejor entienda, pero la diferencia de votos con el PSOE sólo ha sido de 44.000 a favor de los populares y tres escaños.

Repetir dos o tres veces lo de 'resultado histórico' como hizo la secretaria general, Dolores Cospedal (PP), no es de recibo; con una habría sido suficiente. A partir de ahora van a surgir problemas personales de todo tipo en los partidos por la cantidad de temas y responsabilidades a repartir. Si pactan PSOE e IU en Andalucía, ¿aguantará Arenas otros cuatro años en la oposición? Dieciséis años son demasiados. Siempre queda el socorrido recurso de la elevada e incomprensible abstención, pero a la vista de los resultados, el PSOE puede respirar hondo y con razón. Todo lo demás son zarandajas. Es de caballeros saber asumir las derrotas.

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