Un equipo de 40 personas hará posible, al mediodía de hoy, la representación de la Pasión de Jesús en la iglesia de San Salvador de Celanova. Cada Viernes Santo, desde 1992, el templo enmudece para revivir los últimos momentos de Jesús, en una obra teatral protagonizada por los más jóvenes.
La iglesia parroquial de San Salvador de Celanova acoge, a partir de las 12,00 horas, la escenificación de los últimos momentos de la vida de Jesús, en la representación de los pasajes bíblicos de la Pasión. Un total de 40 personas, entre actores, director, maquilladoras y ayudantes de vestuario, llevan toda la semana preparando la obra que, cada Viernes Santo, reúne medio millar de personas en el templo celanovés. En la iglesia se impo ne un silencio sepulcral durante la hora y diez minutos que dura la obra, asegura el párroco celanovés y responsable de esta iniciativa, César Iglesias.
Con edades comprendidas entre los 14 y 45 años, la mayoría de los actores son jóvenes estudiantes de Celanova, aunque también hay trabajadores e universitarios que durante el curso residen en Vigo, A Coruña o Santiago. Resulta muy difícil reunirlos a todos. Por eso aprovechan al máximo las tardes previas a Viernes Santo, reconoce el párroco. La falta de tiempo y ganas provoca que cada año se produzca alguna que otra baja. También hay caras nuevas, matiza Iglesias. Raquel y Sandra son un ejemplo de las nuevas incorporaciones. Le preguntamos a don César si necesitaban gente para la obra y nos dijo que sí, relata Sandra Fernández, de 14 años.
Su amiga Raquel Ruiz añade: Nos ha tocado hacer de apóstoles y aunque es un papel fácil cada vez que Jesús nos habla directamente nos da la risa. Con algo más de tablas, entre el grupo de veteranos está a Julio González. Llevo años haciendo de Jesús, pero siempre es complicado porque él es quien más tiene que trasmitir a la gente, explica.
Con edades comprendidas entre los 14 y 45 años, la mayoría de los actores son jóvenes estudiantes de Celanova, aunque también hay trabajadores e universitarios que durante el curso residen en Vigo, A Coruña o Santiago. Resulta muy difícil reunirlos a todos. Por eso aprovechan al máximo las tardes previas a Viernes Santo, reconoce el párroco. La falta de tiempo y ganas provoca que cada año se produzca alguna que otra baja. También hay caras nuevas, matiza Iglesias. Raquel y Sandra son un ejemplo de las nuevas incorporaciones. Le preguntamos a don César si necesitaban gente para la obra y nos dijo que sí, relata Sandra Fernández, de 14 años.
Su amiga Raquel Ruiz añade: Nos ha tocado hacer de apóstoles y aunque es un papel fácil cada vez que Jesús nos habla directamente nos da la risa. Con algo más de tablas, entre el grupo de veteranos está a Julio González. Llevo años haciendo de Jesús, pero siempre es complicado porque él es quien más tiene que trasmitir a la gente, explica.
