Amantes de lo bio, de feria

Dar a conocer la riqueza del agro gallego (y celanovés) y, a su vez, atraer gente a la villa aprovechando la festividad del Pilar fueron dos de los objetivos cumplidos ayer en Celanova con motivo de la primera Feira Bio celebrada en la calle Celso Emilio Ferreiro.

Productos naturales y de temporada, ropa de segunda mano, artesanía y antigüedades tomaron ayer la calle Celso Emilio Ferreiro de Celanova con motivo de la primera edición de la Feira Bio. Una iniciativa local para “atraer xente ao pobo e que veu para quedarse”, comentaba en el ecuador de la celebración su promotor, Julio Gosende, quien valoraba positivamente la afluencia de público, con notable presencia de vecinos de la comarca, “pero tamén da zona da Limia e de Ourense”.

La niebla en la que amaneció sumida la villa de San Rosendo retrasó la llegada de visitantes, pero según se fue desarrollando la jornada -y conforme finalizaron los festejos del Pilar- la calle fue ganando afluencia. “Hai bastante xente, pero mercar… imos ver á tarde”, comentaba Elena, de As Xoiñas, que llegaba desde Cortegada con una selección de bisutería hecha a mano. Colecciones únicas, para todos los gustos y edades, si bien los más pequeños se decantaban por los puestos de juguetes, donde triunfaron los productos en madera. “Funcionou moi ben o mercado de segunda man, penso que vai ser a moda”, trasladaba Gosende.

Entre los más de 70 expositores, los más concurridos de la mañana fueron los de alimentación, con una amplia variedad de productos de verdura y hortalizas, embutidos, quesos y dulces, donde a las típicas rosquillas y churros se le sumaron los puestos de filloas o la bica de castañas. Un escaparate en el que destacaban productores locales como los vinos de Conde Froila, las frutas y hortalizas Corbillón o Quesos Feijóo, que vienen de recibir en Zamora el Premio Cincho al mejor queso de oveja de España. “A verdade é que non o contaba e xa ves, aquí estamos. Tratando de mellorar o que temos”, dijo Julio Alonso Feijóo, quinta generación al frente del negocio familiar, quien auguraba una larga vida a la feria. “A mañá se levantou un pouco fea, pero é un festivo moi bo, pode ser bonito e pódese consolidar co tempo”, dijo. 

Cultura gastronómica

Una percepción que, al otro lado de los fogones, también expresaba el madrileño Fernando Couto. “Lo bueno es que hay diferentes tipos de puestos y que se explota la cultura gastronómica de la zona”, trasladaba el joven, quien puso la nota exótica con un plato de migas. “Ha sido por cambiar un poco, aunque los productos son autóctonos: panceta, chorizo y pan de la zona. La gente está cogiéndolo con ganas”.

Y tras la feria de ayer, las calles y plazas de Celanova volverán a llenarse hoy de puestos con motivo del mercado semanal de los jueves.

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