Cientos de personas participan en las celebraciones del décimo aniversario del Folión Castrexo

Celanova recupera su espíritu celta

Castrexos y romanos se batieron en duelo, aunque al final hubo pacto en la cima de Castromao. (Foto: Martiño Pinal )
Con menor afluencia que en pasadas ediciones, celtas y romanos conmemoraron ayer el décimo aniversario del Folión Castrexo. Vecinos de la villa de San Rosendo participaron en una de las ediciones más sencillas que contó, a su vez, con una mayor participación de familias con niños.
Poco antes de mediodía comenzaba la congregación de clanes al son de los tambores, algunos de ellos llegados de concellos limítrofes, en la Alameda y posteriormente en la Praza Maior. Allí, acompañados del pequeño regimiento de romanos, iniciaron la travesía hasta la Praza das Pitas.

Los detractores del pacto se hicieron oír en el transcurso de la representación del ‘Tratado de hospitalidade’. Sin embargo, pasadas las dos de la tarde, el jefe de los castrexos, Celobre, y el prefecto romano firmaron el pacto a la sombra de un roble, en la cima de Castromao.

La supresión del ‘xantar castrexo’ por parte de la organización, convirtió los alrededores del castro en un auténtico desfile de neveras (frigorífico incluido) y platos tradicionales a base de empanada, queso, chorizo y carne asada. Aunque más de uno optó por un bocadillo o simplemente por el ayuno ante la falta de viandas para almorzar. ‘¡Me acabo de enterar de que este año no hay comida!’, se lamentaba un joven castrexo a su llegada a la cima.

Las altas temperaturas, que alcanzaron los 30 grados, obligaron a muchos de los participantes en la celebración a buscar la sombra en los alrededores del yacimiento. Los más previsores habían dejado la tienda montada del día anterior.

Te puede interesar