Lola Doporto: "Hay tanta gente grande en esta zona que da para dos exposiciones más"

La Sala dos Arcos de la villa de San Rosendo alberga este mes de febrero la exposición “Onde o mundo se chama… Lola Doporto”. Una muestra que realiza un viaje por la obra pictórica de esta artista valdeorresa y en la que ha incorporado, para su puesta de largo en Celanova, retratos de algunas de las figuras más representativas de esta tierra de poetas y músicos. ¿Cómo surgió la exposición? El año pasado, antes del proyecto de la Casa de Galicia en Madrid, me comentaron de exponer en el Monasterio de Celanova y yo, que me dejo llevar… Aquí vine. No conocía Celanova y cuando llegué, dije cuándo y dónde puedo exponer. Celanova me atrapó. En aquel primer encuentro con Antonio Piñeiro descubrí un retrato de Curros Enríquez y desconecté. Le hice una foto y, en ese mismo momento, supe que tenía que pintarlo, con mis colores, con mi toque… Pero Curros no está solo, ¿quién lo acompaña? La idea de la exposición era traer un poco de lo que tenía y algo nuevo, haciendo un guiño a Celanova. Está Curros, Celso Emilio Ferreiro y también San Rosendo. Además, para la exposición de Madrid ya había hecho a Manuel Castro, O Gaiteiro de Penalta. Eso es más que un guiño… ¡Uy! es que hay tanta gente grande en esta zona… Mi admirado Ferrín, otra idea fue pintar a la Virxe do Cristal y Aurea Rodríguez, la primera mujer gaiteira que era de aquí cerquita, pero ya no me dio tiempo... Quedará para una segunda exposición ¡o una tercera! (risas) Además, se van a encontrar mis maniquíes, estos dos son nuevos y los hice pensando en Celanova: se llaman Rosa y Martiño, haciendo referencia a la leyenda de la Virxe do Cristal, que invito a la gente a que la lea e investigue… es muy bonita. Ellos estarán por la noche haciendo de las suyas por aquí dentro, porque para mí, mis personajes cobran vida, se entienden entre ellos. ¿Y qué más se puede ver en esta muestra? Eso es algo que también me propuso Antonio Piñeiro y fue el toque final. Porque tenía que traer todo esto aquí, sin saber que iba a ser mi mundo. Que iba a estar rodeada y acompañada de todos estos personajes. El público se encontrará algo del principio, de mis marionetas de cuando empecé, también otros personajes que son los maniquíes llevados al cuadro con espátula y esto nuevo, que son mis colores, espátula y relieve. En total serán 14 cuadros, incluidos dos del Pórtico de la Gloria que llevé a Madrid. ¿De dónde le viene este arte? Yo pinto y dibujo desde los 17 años, pero soy autodidacta. Pinto emociones, etapas… Un cuadro no se puede explicar, a cada uno le dice una cosa y, en eso, me encantan los niños. Siempre me paro con ellos, verlos delante de un cuadro, con ese brillo en los ojos. Eso es lo que más me llega. Evidentemente, esto te gusta o no te gusta, un cuadro llega o no te llega, pero me siento afortunada. Y después de Celanova, ¿qué proyectos tiene en mente? Tengo varios. La idea es exponer en Portugal, que me hace mucha ilusión, y también estamos mirando en A Coruña, Santiago… y en noviembre, en el Palacete de las Mendoza en Pontevedra. Me costó muchísimo enseñar mis cuadros, porque fue a partir de una etapa dura de mi vida -superó un cáncer-, pero ahora lo estoy deseando. Fue como si me descorcharan. El que me empujó fue mi marido, me quitó las capas, y ahora estoy deseando seguir y mostrar.