Con una última y longeva parada, más de 35 kilómetros, despidieron Melchor, Gaspar y Baltasar la festividad de Reyes en A Merca. El municipio acogió, a pesar de la lluvia, la cabalgata rural más antigua de la provincia.
Grandes y pequeños disfrutaron ayer de uno de los días más divertidos del calendario festivo de A Merca, con la tradicional cabalgata de Reyes organizada por el párroco de Faramontaos, Manuel Rodríguez, con la colaboración de los vecinos y responsables municipales. Melchor, Gaspar y Baltasar madrugaron tras una larga noche repartiendo regalos, y presidieron la cabalgata real, que visitó los pueblos y aldeas del ayuntamiento para festejar el final de la Navidad.
Unas 50 personas conformaban la comitiva que, en tres elegantes carrozas y una decena de coches, recorrió más de 35 kilómetros y la práctica totalidad de los núcleos del rural al son de villancicos y panderetas. 'Cada ano costa máis, pero o alcalde e os veciños insisten para salir', reconocía Rodríguez Seguín, impulsor de la iniciativa, que lleva 25 años de celebración ininterrumpida.
Las risas y el buen ambiente es una de las características de este popular cortejo donde abuelos y nietos, vecinos y amigos disfrutan de una jornada de convivencia e intercambio. 'Somos moi animados e, a pesares da choiva, fixemos o percorrido como sempre: facendo moito ruido. E iso anima moito á xente', comentaba el alcalde de A Merca, Manuel Velo, al tiempo que agradecía los ágapes -principalmente dulces y licores- con los que les obsequian los vecinos al llegar a las aldeas.
La cabalgata partió a las diez y media de la mañana de la iglesia de Faramontaos y concluyó cinco horas después, tras visitar también a los mayores de las residencias de San Pedro y A Manchica, con una misa cantada en el colegio
Unas 50 personas conformaban la comitiva que, en tres elegantes carrozas y una decena de coches, recorrió más de 35 kilómetros y la práctica totalidad de los núcleos del rural al son de villancicos y panderetas. 'Cada ano costa máis, pero o alcalde e os veciños insisten para salir', reconocía Rodríguez Seguín, impulsor de la iniciativa, que lleva 25 años de celebración ininterrumpida.
Las risas y el buen ambiente es una de las características de este popular cortejo donde abuelos y nietos, vecinos y amigos disfrutan de una jornada de convivencia e intercambio. 'Somos moi animados e, a pesares da choiva, fixemos o percorrido como sempre: facendo moito ruido. E iso anima moito á xente', comentaba el alcalde de A Merca, Manuel Velo, al tiempo que agradecía los ágapes -principalmente dulces y licores- con los que les obsequian los vecinos al llegar a las aldeas.
La cabalgata partió a las diez y media de la mañana de la iglesia de Faramontaos y concluyó cinco horas después, tras visitar también a los mayores de las residencias de San Pedro y A Manchica, con una misa cantada en el colegio
