Utilizar el potencial cultural de la villa de San Rosendo para promocionar el patrimonio natural es el objetivo de Un paseo por la historia de Galicia, la nueva ruta de senderismo por tierras de Celanova.
Un paseo por la historia de Galicia es el nombre de la nueva ruta de senderismo propuesta por el Concello de Celanova para dar a conocer el patrimonio natural de estas tierras utilizando el atractivo turístico-cultural de la villa de San Rosendo. Dada a bóa experiencia da Ruta currosiana, aproveitouse a visita dun grupo de universitarios dentro da actividade dos roteiros culturais para diseñar e presentar o novo itinerario. Un trazado máis acorde cas rutas oficiais, de preto de 18 kilómetros, que mantén gran parte do seu trazado por camiños de terra e monte, explicaba Antonio Piñeiro, técnico de Cultura del Concello celanovés, quien señala que a ruta ten un atractivo lendario e referencias naturais que pasan dende paisaxes frondosos como os de Mourillós á máis baixa vexetación do Monte da Neve.
Patrimonio natural
Con la recuperación y puesta en valor de los caminos que integran esta nueva ruta, el Concello completará el proyecto turístico-cultural001Un paseo por la historia de Galicia en el que trabajan desde hace años, con un itinerario natural que, a lo largo de 18 kilómetros, descubre el legado de la cultura castrexa a través de una visita al yacimiento de Castromao; el monacato en Galicia a través de la capilla de San Miguel, el día a día en las villas medievales con Vilanova dos Infantes, el Monasterio de San Salvador como expresión del barroco gallego y, la casa-museo de Manuel Curros Enríquez, como símbolo de resurgimiento de la literatura gallega del siglo XX. Durante el recorrido, se puede contemplar el paisaje natural de las tierras de Celanova que influyó en la obra literaria de escritores como Curros Enríquez, Castor Elices, Celso Emilio Ferreiro , Pepe Velo o Méndez Ferrín y que potenció leyendas que todavía hoy perduran en la mente de los lugareños como la ciudad perdida de Cachiquimbra o la piedra que San Rosendo lanzó desde lo alto del monte da Casa da Neve e onde deixou de rodar foi o lugar escollido polo santo para construir o mos teiro, explicaba Piñeiro. Precisamente esta parte del itinerario es uno de los lugares más desconocidos de la villa de San Rosendo. A 900 metros de altitud, el monte recibe el nombre de Casa da Neve debido a que, en la parte superior, todavía se conservan los restos de la edificación que construyeron los monjes del Monasterio y que servía para almacenar la nieve del invierno que, tras compactarla, la trasportaban hasta la villa convertida en hielo para bebidas o la conservación de alimentos.
Patrimonio natural
Con la recuperación y puesta en valor de los caminos que integran esta nueva ruta, el Concello completará el proyecto turístico-cultural001Un paseo por la historia de Galicia en el que trabajan desde hace años, con un itinerario natural que, a lo largo de 18 kilómetros, descubre el legado de la cultura castrexa a través de una visita al yacimiento de Castromao; el monacato en Galicia a través de la capilla de San Miguel, el día a día en las villas medievales con Vilanova dos Infantes, el Monasterio de San Salvador como expresión del barroco gallego y, la casa-museo de Manuel Curros Enríquez, como símbolo de resurgimiento de la literatura gallega del siglo XX. Durante el recorrido, se puede contemplar el paisaje natural de las tierras de Celanova que influyó en la obra literaria de escritores como Curros Enríquez, Castor Elices, Celso Emilio Ferreiro , Pepe Velo o Méndez Ferrín y que potenció leyendas que todavía hoy perduran en la mente de los lugareños como la ciudad perdida de Cachiquimbra o la piedra que San Rosendo lanzó desde lo alto del monte da Casa da Neve e onde deixou de rodar foi o lugar escollido polo santo para construir o mos teiro, explicaba Piñeiro. Precisamente esta parte del itinerario es uno de los lugares más desconocidos de la villa de San Rosendo. A 900 metros de altitud, el monte recibe el nombre de Casa da Neve debido a que, en la parte superior, todavía se conservan los restos de la edificación que construyeron los monjes del Monasterio y que servía para almacenar la nieve del invierno que, tras compactarla, la trasportaban hasta la villa convertida en hielo para bebidas o la conservación de alimentos.
