El presidente del Consello da Cultura Galega (CCG), Ramón Villares, aseguró que asume las críticas del presidente de la Real Academia Galega (RAG), Xosé Ramón Barreiro, a las decisiones en materia lingüística de la actual Xunta, ya que representa el sentir general de los académicos --entre ellos Villares-que integran dicha entidad.
Durante la presentación de un seminario lingüístico en la sede del CCG en Santiago, Villares suscribió, en calidad de miembro de la RAG, las declaraciones de Barreiro y consideró que la controversia política alrededor del idioma no es positiva para el gallego.
Soy miembro de la Academia, por tanto, todo lo que dice el presidente representa el sentir en general de los académicos. Asumo lo que dice mi presidente, como presidente de la Academia, afirmó.
A pesar de ello, ubicó dicha opinión al margen de su cargo como presidente del CCG ya que, aunque confía en que --el resto de miembros-asumen lo que dice el presidente del Consello, se trata de una expresión distinta, de otra dinámica y otras competencias a las de la RAG. Es el 'fair play' necesario en las instituciones, señaló.
Asimismo, recordó que uno de los mandatos fundacionales del propio CCG es preservar los valores culturales del pueblo gallego --entre ellos el idioma--, por lo que abogó por desarrollar seminarios e iniciativas que permitirán seguir en esta misma dirección.
Analizar con reposo y con firmeza la situación de las lenguas y nombradamente del gallego, concluyó.
RETIRAR EL GALLEGO DE LA CONTROVERSIA
En este sentido, instó a los agentes políticos y las instituciones autonómicas y locales a hacer un esfuerzo para, en la medida de lo posible, se retire del debate cortoplazista de la política un valor comunicacional, pero también de identidad, tan importante como es la lengua.
Ni yo, ni los aquí presentes, serán capaces de retirarlo, tendrán que ser los actores políticos y los partidos, aclaró. Yo no soy quien para decirle a los políticos lo que tienen que hacer.
Finalmente, sobre la posibilidad de realizar una declaración en defensa de la lengua desde el CCG, afirmó que, si hay que hacerla, se hará, pero no será el presidente --quien la haga--, será el plenario quien tendrá que hacerla, concluyó.
Soy miembro de la Academia, por tanto, todo lo que dice el presidente representa el sentir en general de los académicos. Asumo lo que dice mi presidente, como presidente de la Academia, afirmó.
A pesar de ello, ubicó dicha opinión al margen de su cargo como presidente del CCG ya que, aunque confía en que --el resto de miembros-asumen lo que dice el presidente del Consello, se trata de una expresión distinta, de otra dinámica y otras competencias a las de la RAG. Es el 'fair play' necesario en las instituciones, señaló.
Asimismo, recordó que uno de los mandatos fundacionales del propio CCG es preservar los valores culturales del pueblo gallego --entre ellos el idioma--, por lo que abogó por desarrollar seminarios e iniciativas que permitirán seguir en esta misma dirección.
Analizar con reposo y con firmeza la situación de las lenguas y nombradamente del gallego, concluyó.
RETIRAR EL GALLEGO DE LA CONTROVERSIA
En este sentido, instó a los agentes políticos y las instituciones autonómicas y locales a hacer un esfuerzo para, en la medida de lo posible, se retire del debate cortoplazista de la política un valor comunicacional, pero también de identidad, tan importante como es la lengua.
Ni yo, ni los aquí presentes, serán capaces de retirarlo, tendrán que ser los actores políticos y los partidos, aclaró. Yo no soy quien para decirle a los políticos lo que tienen que hacer.
Finalmente, sobre la posibilidad de realizar una declaración en defensa de la lengua desde el CCG, afirmó que, si hay que hacerla, se hará, pero no será el presidente --quien la haga--, será el plenario quien tendrá que hacerla, concluyó.