Ganó el que más lo necesitaba. El Carmelitas puso el punto y final a una racha de seis derrotas consecutivas como más gusta, remontando y sintiéndose fuerte ante su afición. Como la temporada pasada el derbi se quedó en casa.
El Pabellón pagó caro la falta de rotaciones interiores, pese al debut de una Fedorova todavía lejos de la forma óptima, y se acabó quedando sin gasolina. Las de Lisardo Rodríguez empezaron fuerte e incluso amenazaron con romper el partido ya antes del descanso.
Al primer arreón visitante respondió el Carmelitas con una zona 2-3 que lejos de arreglar el problema profundizó en la herida. La facilidad anotadora del Pabellón le dio rentas superiores a los diez puntos casi desde el pistoletazo de salida, pero el final del primer cuarto cambió el guión.
El Carmelitas fue mejor desde entonces. Un par de canastas fáciles le dieron confianza a un equipo que poco a poco fue recortando distancias con la norteamericana Marhs como principal referencia ofensiva. El primer paso estaba dado y al descanso el derbi era otro. Tenso e igualado en el tercer cuarto. Como si fuera un partido de tenis cada equipo respondió con errores y aciertos a partes iguales en un cara o cruz que se antojaba inevitable. No fue así.
La sueca Gullberg lideró el golpe definitivo. En un abrir y cerrar de ojos el Carmelitas se puso por delante primero y resolvió el partido después. De ir a remolque a superar la barrera de los diez puntos en un momento. El Pabellón ya no tuvo fuerza ni acierto para pelear por un derbi que vio cerca demasiado pronto.
El Carmelitas se reengancha a la Liga a lo grande.
Al primer arreón visitante respondió el Carmelitas con una zona 2-3 que lejos de arreglar el problema profundizó en la herida. La facilidad anotadora del Pabellón le dio rentas superiores a los diez puntos casi desde el pistoletazo de salida, pero el final del primer cuarto cambió el guión.
El Carmelitas fue mejor desde entonces. Un par de canastas fáciles le dieron confianza a un equipo que poco a poco fue recortando distancias con la norteamericana Marhs como principal referencia ofensiva. El primer paso estaba dado y al descanso el derbi era otro. Tenso e igualado en el tercer cuarto. Como si fuera un partido de tenis cada equipo respondió con errores y aciertos a partes iguales en un cara o cruz que se antojaba inevitable. No fue así.
La sueca Gullberg lideró el golpe definitivo. En un abrir y cerrar de ojos el Carmelitas se puso por delante primero y resolvió el partido después. De ir a remolque a superar la barrera de los diez puntos en un momento. El Pabellón ya no tuvo fuerza ni acierto para pelear por un derbi que vio cerca demasiado pronto.
El Carmelitas se reengancha a la Liga a lo grande.
