La dedicación con la que la Confederación Empresarial de Ourense -la entidad organizadora de la carrera- trató esta prueba conllevaba el éxito de partida. Y los números le dan la razón. Se inscribieron 1.344 personas, 1.067 en la prueba de maratón y 277 en la andaina, de las que 1.150 lograron cruzar la línea de meta (la pasada edición terminaron 1.001 atletas y caminantes).
Respecto a la edición de 2010,la gran novedad estuvo en el aspecto climático. La ciclogénesis de lluvia y viento que había protagonizado la cita del año pasado distó mucho del calor que acompañó a corredores y senderistas ayer. Los puntos de avituallamiento, situados cada cinco kilómetros en el recorrido, prácticamente agotaron las existencias de líquidos, aunque salvo las molestias por ampollas y cansancio no hubo que lamentar ninguna incidencia grave. Un pequeño susto por un desvanecimiento al finalizar la prueba pero que no pasó a mayores.
La organización no dejó cabos sueltos, y tenía preparados una serie de servicios a los participantes como el traslado de bolsas, servicio de duchas y masajes en la zona de meta, en el pabellón de los Remedios, atención sanitaria, Policía y Protección Civil, y seguro de accidentes y responsabilidad civil.
Más que una carrera
La cita ourensana se convirtió en algo más que una prueba atlética. La salida, y sobre todo la meta, fue punto de encuentro para los inscritos, llegados de buena parte del territorio nacional y Portugal.
La organización no dejó cabos sueltos, y tenía preparados una serie de servicios a los participantes como el traslado de bolsas, servicio de duchas y masajes en la zona de meta, en el pabellón de los Remedios, atención sanitaria, Policía y Protección Civil, y seguro de accidentes y responsabilidad civil.
Más que una carrera
La cita ourensana se convirtió en algo más que una prueba atlética. La salida, y sobre todo la meta, fue punto de encuentro para los inscritos, llegados de buena parte del territorio nacional y Portugal.
