El conjunto ourensano, con cinco victorias consecutivas en la competición, ha encontrado en el trabajo grupal la fórmula del éxito deportivo
En tan solo un año el Club Ourense Baloncesto ha pasado del cielo al infierno, de encadenar una terrible racha de cinco derrotas consecutivas a convertirse en uno de los grandes atractivos de esta temporada en la LEB Oro y destaparse como el equipo más en forma de la liga.
Ahora mismo, el conjunto ourensano, con su impresionante racha de cinco victorias consecutivas, marcha líder virtual de la LEB Oro y su capacidad ofensiva, son el máximo anotador de la competición hasta el momento con 76.7 puntos de media, invitan al optimismo. Más si cabe si se tiene en cuenta que son el segundo equipo con menos balones perdidos y son el que más faltas recibe, toda una declaración de intenciones.
En un equipo en el que el colectivo prima sobre las individualidades hay varios factores en forma de jugadores que apoyan el momento dulce que vive el equipo ourensano.
El primero de ellos la sintonía en cancha entre Pedro Rivero y Guillermo Rejón. Cuando el base y el pívot están en la cancha el COB funciona y en su temple y experiencia en la competición radica gran parte de la culpa de este éxito. Con una rotación exterior de gran calidad, el nivel se mantiene sean cuales sean los jugadores en cancha. Y es que Salva Arco, Suka-Umu, Edu Martínez o Cristian Díaz están rindiendo de forma excelente lo que revierte en el colectivo.
Busma y Fieler
El otro factor es la explosión de dos jugadores interiores, Chase Fieler y Deividas Busma.
El primero se ha adaptado al 100% al baloncesto europeo y su crecimiento ha sido una constante desde la primera jornada de liga. Buen tiro exterior, grand defensa y mejor actitud sobre la cancha para un jugador que sigue mejorando cada semana.
Por su parte el lituano parece haber encontrado en Ourense la horma de su zapato a nivel deportivo. Clave en la segunda parte contra el Breogán de Lugo, Busma ha sido uno de los grandes referentes ofensivos del COB en las últimas jornadas y solamente las faltas personales están impidiendo que muestre una mejor cara.
Con respecto a los otros dos rookies, luces y sombras. Allison y Brown están teniendo problemas de adaptación y muestran detalles a rachas, aunque la buena dinámica del equipo permite Gonzalo García de Vitoria, otro protagonista de este éxito en la recta final de la primera vuelta, trabajar con ellos de cara a que se conviertan en importantes en la rotación.
Con estos números y el sentimiento de grupo que despierta el COB en la cancha, el objetivo lejano a principio de temporada de luchar por la Copa Príncipe cada vez está más cerca. Por delante cuatro partidos, los necesarios para darle a la afición ourensana la que puede ser la primera de muchas alegrías antes de llegar a los ansiados playoff de la competición.
Primera parada, el jueves ante Palma Air Europa en el Pazo dos Deportes Paco Paz.
