El suizo conquista en la final ante el escocés Andy Murray el séptimo Wimbledon y recupera el número uno del mundo

Federer siempre vuelve

Federer celebra tirado en la hierba de Wimbledon la séptima victoria en el torneo londinense. (Foto: GERRY PENNY)
El suizo Roger Federer conquistó su séptimo Wimbledon y se alzó como nuevo número uno del tenis mundial al vencer en la final al escocés Andy Murray por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4 en tres horas y 24 minutos.
Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, el torneo londinense no había visto a un británico tan cerca del título, pero Murray se desmoronó después de haber ganado el primer set ante la perfección estilística de un Federer que igualó al estadounidense Pete Sampras como el tenista que más veces se ha impuesto en este torneo en la Era Open. El suizo, además, compartirá con Sampras a partir de este lunes, cuando se actualice el ránking de la ATP, el récord de 286 semanas como número uno del mundo, que podrá ampliar incluso.

Arropado por los 15.000 espectadores que llenaban la pista central, Murray saltó a la hierba dispuesto a revolucionar el orden establecido. Enfrente, con gesto sombrío, Federer, rígido, fallaba demasiados primeros servicios y veía como el escocés cometía menos errores no forzados y colocaba más saques directos.

Pero lo que se le pedía al británico no era sencillo, pues sólo un tenista se ha impuesto hasta ahora a Federer en la final de Wimbledon, el español Rafael Nadal, una gesta en la que el mallorquín invirtió casi cinco horas en 2008.

El camino se antojaba cuesta abajo para Murray cuando la central, silenciosa como un teatro durante el juego, estalló en aplausos al tiempo que el juez de silla, el español Enric Molina, le otorgaba el primer set a Murray por 6-4 después de casi una hora de juego.

El suizo veía como aquellas bolas que en la semifinal contra el serbio Novak Djokovic había logrado colocar en la línea quedaban esta vez algo largas o se atascaban en la red.


EL SUIZO EMPIEZA A CARBURAR

El segundo set se le escapó al escocés después de haber exhibido durante 54 minutos un tenis vehemente que no le bastó para superar a un Federer, ahora sí, con las riendas de la final empuñadas.

El sexto juego de la tercera manga fue el punto de inflexión que desquició a Murray. Con 40-0 en contra, el suizo se obcecó en remontar ese juego al resto y se lo adjudicó después de 20 minutos de pelea en la sexta bola de rotura.

Bajo el techo de la pista central, tras un parón de 40 minutos por la lluvia, el héroe local se golpeaba la frente con la palma de la mano tras fallar algunas bolas claras, incrédulo ante el giro que había tomado una final que había controlado durante una hora y en la que no supo hallar los recursos para enderezarla de nuevo.

Ya lanzado, Federer remató en el último set a un escocés vitoreado por el público pero que no pudo hacer más que dejarle paso al suizo en un escenario que ha dominado durante la última década.

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