Cuando llegas al campo de Espiñedo, en la puerta principal un cartel indica que el Club Deportivo Arenteiro fue fundado en 1958. Poca broma. Son palabras mayores.
Mucha historia a las espaldas de un equipo que tiene muchas tardes de gloria, que ya jugó en Segunda B, la última vez en la temporada 87/88, y que también vivió promociones de ascenso, la última en la temporada 92/93 con el Siero de Asturias, Zamora y Real Madrid C. No pudieron lograrlo.
Esta temporada lo volvieron a intentar. En un año muy atípico, con un formato muy raro, y desconocido para todos, pero no lo dudaron. Hicieron una apuesta firme y segura que al final salió bien. Y eso que, como quedó demostrado en la tarde de ayer, sin su mejor aval. Un público que si no llega a ser por las restricciones llenaría las gradas todas las semanas.
Se llevaba hablando cuando sería el día que podían conseguir un ascenso que hace semanas acariciaban y ante el Somozas era el día. Y todo lo prepararon a conciencia. Aunque a veces no sale.
Un DJ que es talismán
El pasado sábado por la mañana, como muchas semanas, los directivos fueron a prepararlo todo. Lo hicieron a conciencia, pero con el pensamiento en que este partido iba a ser el clave. Y para no dejar nada al azar, DJ Tibu, que en los últimos partidos ya amenizó el ambiente en Espiñedo, no faltó a la cita. Y ojo al currículom del pincha. Año 2015: ascenso del COB a la ACB, aunque luego se frustró en los despachos. Año 2018: doblete, con el Carnes do Ribeiro de Balonmano y el Sala Ourense, de fútbol sala. Año 2021: no podía fallar con el Arenteiro, que además es vecino de Carballiño. Y no lo hizo, cumplió y seguro que le van a llover las ofertas.
Total, que se consumó el ascenso y pese a que nunca se prepara nada, todo aparece. Al final del partido, alguien previsor tenía dos cajas de champán preparadas, por si las moscas. ¡Qué bien hizo! Las agotaron y más que fueran. Tras las celebraciones sobre el césped y con los familiares que les arropaban desde las gradas todos se fueron a un conocido restaurante para, en una celebración "light" juntarse, mesa sí y mesa no. La ocasión merecía la pena, sin duda. Tardes como la de ayer no se dan todos los días. Pero este equipo no se conforma, lo lleva en el ADN, y ya piensan en los dos partidos que quedan. El objetivo es ser campeones.
