El COB nunca se sintió cómodo en un partido tremendamente igualado pero en el que los oscenses fueron más regulares e hicieron más méritos

El Huesca fue mejor

Washburn trata de taponar un tiro del pívot del COB Jonathan Kale. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
El COB sigue empeñado en torpedear cualquier atisbo de ilusión. No importa la temporada ni el equipo. A la mínima que levanta la cabeza aparece el golpe que lo devuelve a la lona. Esta vez fue el Huesca el encargado de hundir las expectativas creadas hasta ahora por los ourensanos.
Victoria justa de un equipo oscense mucho más intenso, constante y regular. Siempre bajo un guión de igualad máxima ante un COB con más calidad individual e incluso físico pero incómodo desde el primer ataque y sin recursos para resolver por merecimientos y no con los arreones individuales como recurso.

El Huesca apretó en cada defensa y en cada rebote. 14 rebotes ofensivos sOn muchos. Primero Washburn y Grigonis. Luego Oriola y al final Costa y Johnson. Los mejores de un equipo que destacó desde la colectividad.

Con todo, el COB estuvo por delante en el marcador más tiempo. Le sirvió con la calidad invidual. Huertas es un valor seguro pero estuvo demasiado solo. Rivero fue negado por la defensa rival y el COB ahí se quedó sin lucidez.

Kale y Carter también estuvieron a la altura de la exigencia y en las rotaciones Frutos hizo lo máximo mientras su hombro se lo permitió y González mantuvo el listón cuando tuvo que hacer de base. Demasiado poco.

En un partido masticado en cada ataque, los visitantes, impecables en uno contra uno, y el COB recurriendo a la zonal para intentar sin éxito guardar su rebote y su zona.

Un cara o cruz permanente que los ourensanos nunca supieron estirar. Cuando hubo que decidir también fue mejor el Huesca.

Primero llegó el estirón con ocho puntos de ventaja y cinco minutos por jugar y luego Costa sentenció. El COB buscó siempre a Huertas pero la velocidad para reducir la renta no fue suficiente. Dos canasta del base oscense y un canastón de Johnson acabaron con la ilusión. Un golpe al mentón cuando menos se esperaba. Un k.o. técnico para un equipo al que se le empezaron a ver más carencias además de su inexistente tiro exterior.

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