Jorge Regal, que en 1986 logró como jugador el primer título de liga con el Allariz, ahora lo obtiene siendo su entrenador
Como aquel 22 de abril de 1986, tras golear 2-8 al Veintiuno, celebraba como jugador el primer título de liga del Allariz. 37 años después, pero ahora desde el banquillo, Jorge Regal saboreaba con el mismo club su segundo campeonato, a falta de cuatro jornadas, y de esa manera el regreso a la Preferente Galicia. “Para mí era un orgullo entrenar aquí, porque fue una de las mejores etapas de mi vida como jugador y probablemente el mayor error que cometí fue, de aquellas, haberme marchado. Creo que estaba en deuda con ellos y volví, pero la deuda no está saldada porque es un club al que le estoy agradecido de lo bien que me trataron en mi primera época y ahora de maravilla en mi segunda”.
Lo cierto es que el entrenador alaricano siempre dijo que “si venía aquí teníamos que tratar de conseguir el objetivo por el cual ellos llevaban luchando tanto tiempo. No era una cuestión de quién viniera o no, sino que se buscara ascender al equipo”.
Su desembarco en el Allariz fue de casualidad: “Mi intención era no entrenar más, pero dije que si alguna vez vuelvo a entrenar sería en Allariz, aunque bien es cierto que hubo otro club interesado, pero cuando me llamaron, ya había cerrado aquí”.
El arranque del equipo no fue óptimo, pero aquella goleada encajada ante el Monterrei terminó siendo para Regal un punto de inflexión. “La única conversación que tuvimos, dura de verdad, fue al martes siguiente a aquel partido, donde aclaramos todo y se lo recordé el domingo, porque para mí siguen siendo el mejor equipo de la categoría y el objetivo iba a ser el mismo, pero que las cosas tenían que quedar claras desde un principio. O cambiaban la manera de entender los entrenamientos y los partidos o sino yo sobraba”.
Compromiso
Pero si tuviera que ponerle un adjetivo a sus dirigidos es fundamentalmente “el compromiso de todos, tanto de los que más jugaron como los que participaron menos, un compromiso del que quedé gratamente sorprendido”.
El capitán Paco, como el goleador Víctor Gallego, son el buque insignia del flamante campeón: “Son nombres propios por el hecho de lo que significan para el Allariz y diría que son los referentes por lo que representan para este club y el equipo a nivel de grupo, donde hubo muchas sorpresas positivas”.
En los últimos años, el Allariz siempre estaba entre los candidatos a subir, pero muchos le achacaban el no salir de la zona de confort. Regal tiene claro que “muchas de las cosas y tópicos que se crearon en torno a ellos no son ciertas, como que eran fiesteros, que no se cuidaban… yo estuve en equipos donde la fiesta era tanto o más que aquí. Esto es evidente porque están en una edad donde tienen que disfrutar, no son profesionales, no ganan un céntimo, pero la fiesta cuando toca. Si llega el sábado y no estás descansado, el domingo no compites”.
Cuando se conoció la noticia que confirmaba el ascenso, el técnico alaricano desató toda su felicidad. “El sentido común se aplicó como debía y eso nos llevó a conseguir un objetivo que teníamos claro que tarde o temprano lo íbamos a conseguir, porque lo estábamos haciendo muy bien. Además, cuando vinieron las lesiones no nos venimos abajo y hubo partidos que los ganamos con el corazón”.
Copa Diputación
Los primeros en llamarlo para felicitarle fueron sus hijos, “con quienes, salvo con mi mujer muy poco, siempre que estamos cerca hablamos de fútbol que es lo que nos une” ¿La Copa?, apetece mucho y es un sueño para mí y hay una ilusión enorme, siempre y cuando el equipo este casi completo, porque sino no nos da”.
