Las alegrías duran muy poco en casa del pobre. El Sala Ourense, que estaba cumpliendo por arriba de las expectativas en el arranque liguero, atraviesa un bache de resultados. El sábado tocó fondo con un duro 8-1 en Alba de Tormes ante el Albense para la tercera derrota consecutiva en un partido que afrontó con muchas bajas. Demasiadas. “Solo había cuatro jugadores con experiencia en la categoría. No nos queda más remedio que adaptarnos a lo que tenemos, pero así es muy difícil”, lamenta Kike García.
“Desde el partido del Coruxo estamos encadenando expulsiones y esto es un hándicap cuando se une a lesiones y ausencias por temas laborales en una plantilla amateur. Es complicado competir cuando afrontas los partidos con chavales de 16 años que todavía están verdes. Podemos prometer trabajo y lo estamos cumpliendo, sabíamos que esto sería una montaña rusa, con momentos arriba y momentos abajo. Es lo que hay, toca adaptrse”, añade.
El sábado, cita desde las 20:00 horas ante el Juventud de Burgos. “Esperemos que Os Remedios sea el fortín que fue otras temporadas. Lo necesitamos ante un rival muy físico”, subraya Kike García, que solo recupera a una de las bajas que tenía la pasada semana en Salamanca. Álex, uno de los importantes esta temporada, regresará a la convocatoria.
