Una temporada más, los jugadores del COB se mantienen al día en los pagos. Desde la llegada de Jorge Bermello la plantilla no ha tenido un solo retraso en los cobros de sus nóminas. El día 5 de cada mes, el dinero está en las cuentas de los jugadores.
Desgraciadamente, el ejemplo del COB no es una constante en el deporte nacional y tampoco en el baloncesto. Mallorca y Granada han sido los últimos en anunciar problemas. Los baleares ya entraron en la LEB Oro con suspense y esta temporada se acumulan los impagos y han empezado a salir jugadores de la plantilla. En Granada, la deuda es de seis millones y medios de euros y la directiva anuncia la disolución del club al final de temporada. Son los casos más alarmantes de una Liga en la que Girona, Menorca y Tarragona podrían ser los próximos en encender la luz de alarma.
En la Liga ACB, la inestabilidad económica zarandea a clubes históricos como Estudiantes o Joventut y maniata a otros como el Valladolid, que acumulan nóminas impagadas desde el inicio de Liga.
El baloncesto femenino no es ajeno a estos problemas. Pabellón y Carmelitas cumplen, pero rivales directos como Avilés o Cáceres piden auxilio. Las asturianas, como el Ibiza del grupo B, han puesto a todas sus jugadoras en el mercado y en la plantilla extremeña ya ha dejado de entrenar algunos días como queja.
Son los primeros casos de una temporada en la que el desaguisado podría ser enorme y en la que sólo clubes con importantes ayudas institucionales, como el Breogán (con 680.000 euros de la Diputación), tienen colchón para resistir. Una temporada imprevisible en el baloncesto y cuyos riesgos se multiplican en un fútbol arruinado en todas las categorías y en el que impagos y huelgas son habituales.
En la Liga ACB, la inestabilidad económica zarandea a clubes históricos como Estudiantes o Joventut y maniata a otros como el Valladolid, que acumulan nóminas impagadas desde el inicio de Liga.
El baloncesto femenino no es ajeno a estos problemas. Pabellón y Carmelitas cumplen, pero rivales directos como Avilés o Cáceres piden auxilio. Las asturianas, como el Ibiza del grupo B, han puesto a todas sus jugadoras en el mercado y en la plantilla extremeña ya ha dejado de entrenar algunos días como queja.
Son los primeros casos de una temporada en la que el desaguisado podría ser enorme y en la que sólo clubes con importantes ayudas institucionales, como el Breogán (con 680.000 euros de la Diputación), tienen colchón para resistir. Una temporada imprevisible en el baloncesto y cuyos riesgos se multiplican en un fútbol arruinado en todas las categorías y en el que impagos y huelgas son habituales.
