La igualada competición llega a su primer mes de competición tras el derbi ourensano y sin que ningún equipo lograse un pleno de triunfos
La Liga Nacional juvenil acaricia el primer mes de competición. Cuatro jornadas que ya dan para hacer un primer balance. Pronósticos que se cumplen, sorpresas e igualdad. Son las claves de un torneo que deja al Pabellón mirando hacia arriba con argumentos y al Ourense CF asumiendo que sufrirá, todavía de vacío. Lo que no deja es a un dominador. Nadie ganó todo. Queda claro que cada punto cuesta.
Lo saben bien los equipos ourensanos y los 300 aficionados que vieron el derbi del sábado en el Miguel Ángel. El Pabellón sigue firme en casa. No ocultan que el objetivo es regresar a la élite que dejaron después de seis campañas. Pero en esas semanas aprendieron que bajar el nivel, especialmente a domicilio, es sinónimo de tropiezo seguro. Les ocurrió en la derrota ante el Santa Mariña en Vigo. Ahora mismo rozan los puesto de ascenso.
Distinta en la historia pontina. Cero puntos y solo dos goles marcados. Hay margen de mejora. Muchas caras nuevas (cuerpo técnico incluido). Y la ventaja de que esa igualdad también residen en la parte baja de la clasificación. El Conxo tampoco sumó, y el resto de rivales directos tienen 3 puntos. Nada que asuste.
Vigo y Coruña mandan
En la zona alta, el Victoria coruñés se reivindica. Colíder con 10 puntos. A su vera, el Celta B, que no sorprende a nadie. Pequeña selección gallega. Si sorprende el Dépor B, aunque ya es habitual que carbure a fuego lento. Lo hizo el pasado año para terminar en la segunda plaza. Pero ni celestes ni deportivistas importan a efectos clasificatorios. No pueden ascender porque ya tienen representante en la División de Honor. Así que Victoria o Racing de Ferrol parecen rivales del Pabellón en su lucha por altas cotas.
Primeros apuntes de una Liga Nacional que promete emociones fuertes.
