La mayoría de clubes de la LEB Oro se ajustan el cinturón mientras los más poderosos aglutinan fichajes de relumbrón y con contratos prohibitivos

El mercado no engaña

La LEB Oro no es ajena a la situación económica actual que la rodea. Cada euro se mira con lupa y los fichajes caen a cuentagotas. Se acabaron las apuestas sin sentido que obligaban a numerosos cambios en las plantillas con la temporada en marcha. Se acabaron los banquillos de quita y pon. Los clubes anteponen la economía a los sueños de grandeza y los agentes echan humo para convencer a los clubes de subir sus ofertas y a los jugadores que reduzcan sus pretensiones. Economía de subsistencia.
El furgón de los modestos es el más numeroso. Ahí no hay clases. Los que luchen por la permanencia y los que ocupen las últimas plazas en los play off se mueven a estas alturas en el mismo mercado. La diferencia en la Liga la marcará el acierto de sus movimientos actuales. Palencia y COB avanzan sin prisa pero sin pausa. Garrido, Aguilar, Haanpää y Olmos en los palentinos y Sony, Lucho, Cárdenas, Ehambe, Jones y Coego en los ourensanos supone sacar varios cuerpos de ventaja a sus rivales directos más rezagados. Huesca tampoco pierde el tiempo. En todos los casos, combinaciones de solvencia acreditadas sin grandes alardes y jóvenes con proyección y buenas condiciones que buscan una catapulta que relance sus carreras y añada euros a contratos todavía rácanos.


Poderoso caballero...

Entre tanta contención conviven algunas rara avis con la cartera como reclamo para añadir adeptos a la causa y la ACB como único objetivo válido ya de antemano.

Murcia no ha tardado en marcar el territorio. Rivero, Puyada, Umeh, Coppenrath y Faverani ya están en el saco. De lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior.

Cáceres no le va a la zaga. A Aranzana sólo le falta la guinda a un equipo de lujo con caras nuevas como Ryan Humphrey, Jeff Xavier o José Ángel Antelo.

La Laguna, Burgos y Melilla, tres aspirantes al ascenso la temporada pasada, esconden sus 'bombas' pero ya muestras sus cartas con renovaciones importantes y algún fichaje significativo.

El Obradoiro, otro de los 'gallitos', es un caso aparte. Los santiagueses no dan pistas sobre su estructura pero la experiencia de Chete Pazo en los despachos y los rumores acerca de sus primeras incorporaciones hacen pensar en un equipo imponente.

Distintas caras de una Liga que seguirá siendo atractiva y de calidad pero en la que la diferencia de objetivos la marcará, más que nunca, el poderío económico de sus arcas. El mercado no engaña.

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