‘Me he sentido desprotegido, pero me voy del Ourense con la cabeza alta’, subraya Antonio Dacosta

‘No se me ha valorado’

El entrenador ourensano Antonio Dacosta, ayer en el campo de fútbol de Oira. (Foto: Miguel Ángel)
Recto y sincero. Así es como le gusta que le vean y ésa es la imagen que da Antonio Dacosta. El fin de semana pasado se despidió del Ourense B y el día 20 terminará su contrato con el club. Es uno de los damnificados por el particular ERE que ha llevado a cabo CD Ourense.
‘No se me ha valorado. No creo que el dinero que yo cobraba sea el que haya llevado al club a la ruina. Me considero un buen entrenador de base y lo he demostrado en los años que he estado’, dispara Dacosta.

Cada palabra suena a dolor, a pena y a incomprensión. No a rencor: ‘Lo que quiero es el beneficio del Ourense, que es el equipo de mi ciudad y al que quiero. Le deseo lo mejor y dejo las puertas abiertas por si vienen otras personas que sí valoren lo que hago’, remarca.

Dacosta repite la palabra valorar una y otra vez. No lo hace sin lógica: ‘Me fui del Ourense con 18 años al Burgos y luego jugué en Segunda y hasta en Primera división. Volví a mi club y fui el capitán. He sido entrenador del filial, del juvenil de Liga nacional, entrenador de porteros y hasta he cogido el primer equipo cuando se me ha pedido. Después de tantos años no creo que por 200 ó 300 euros me merezca esto’. Y sigue hablando de dinero pero sin decir cantidades: ‘He estado hasta siete meses sin cobrar ni una peseta y no he dicho nada porque sabía que el club no me podía pagar. Me voy con la cabeza muy alta’.

El presidente Juan Pérez fue el que le comunicó la decisión tomada por el club. Dacosta le contesta pensando también en lo deportivo: ‘Me fastidia mucho decirlo, pero que el entrenador del primer equipo y que un hombre como Juan Pérez, que ha dicho siempre que la base era su pasión, no ayuden en nada al equipo filial es muy doloroso. Me he sentido totalmente desprotegido’, subraya.

‘De la cabeza a los pies’

Y reflexiona en voz alta sobre la decisión tomada por el club con él y otros cinco empleados: ‘Cuando uno hace una reestructuración económica hay que empezar por la cabeza e ir bajando hasta llegar a los pies, pero no al revés. Si en la cabeza lo que primas es que la gente esté callada y que no proteste, entonces poco vas a poder hacer porque no vas a evolucionar’.


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