El entrenador del Pabellón, Guillermo García, se lamenta de la actuación de los jueces de línea un el duelo ante el Tropezón que tuvieron en su mano
El Pabellón cumplió el pasado domingo una vuelta entera de competición sin poder celebrar un triunfo. Lo hizo en su viaje a Cantabria para medirse con el Tropezón, en lo que era la visita del colista al penúltimo clasificado, al único rival al que superó este curso. Y a punto estuvo de repetir. Los blanquiverdes tuvieron un 0 a 2 de ventaja en la primera parte, pero no pudieron mantener la renta y terminaron cayendo por 4 a 3 en el tramo final de partido.
Y esta vez los ourensanos no fueron víctimas de sus propios errores o de la superioridad del rival, los motivos más habituales en las jornadas que llevan disputadas. El domingo la expedición regresó a a Ourense con mal sabor de boca por la actuación, especialmente, de los jueces de línea que arbitraron en el campo de Santa Ana. "En lo que llevamos de liga, nunca he comentado nada sobre los árbitros porque no tenían incidencia. Pero ante el Tropezón fue exagerado. No la del árbitro principal, que tuvo una buena actuación, el problema estuvo en sus jueces de línea. Especialmente en la primera mitad. Cuando íbamos 0 a 2 nos marcaron dos tantos en claro fuera de juego. Muy claros. No nos dejaron ganar", afirma el técnico del Pabellón, Guillermo García.
Con el empate en el marcador los jugadores se marcharon a los vestuarios. "Fue un mazazo muy grande para los chavales. Esas jugadas condicionaron el partido", se lamenta el preparador blanquiverde. "Estoy seguro que la estadística dice que somos uno de los equipo más jóvenes de toda la División de Honor, sino el más joven. Solo teníamos cuatro jugadores de último año en el césped. Y esa veteranía se nota para situaciones de este tipo".
Un golpe moral que se mantuvo en el arranque del segundo tiempo. Al poco de comenzar, el Tropezón consiguió ponerse por delante. No dio su brazo a torcer el Pabellón, que llegó a igualar a tres, pero en la recta final los cántabros lograron el cuarto y definitivo gol a pesar de jugar con un hombre menos. "Jugamos un buen partido. En ese momento incluso forzamos una expulsión de uno de sus futbolistas.Creo que estaba más cerca nuestro tanto que el de ellos, que también nos lo marcan en una posición dudosa, aunque reconozco que es una jugada más difícil de ver", apunta Guillermo García.
Buenas sensaciones
Pese a la decepción de ver como se escapaba el tan ansiado triunfo, el entrenador pabellonista terminó satisfecho con el trabajo de sus jugadores. "Al terminar el partido, la gente del tropezón nos preguntaba si habíamos fichado a gente para este duelo porque, por cómo jugamos, no se creían que llevásemos solo cuatro puntos".
El técnico del Pabellón alaba el trabajo semanal de sus futbolistas en la búsqueda de su misión a día de hoy: darse una alegría y poder volver a celebrar una victoria. "Los chicos están haciendo un trabajo fantástico y seguimos entrenando con mucha ilusión para intentar lograr ya ese triunfo. Nos vemos capacitados para conseguirlo".
La primera oportunidad llegará este sábado. Eso sí, al campo Miguel Ángel-Os Remedios llega uno de los "gallitos" del grupo 1, el Real Oviedo. Los carbayones son terceros en la tabla y esperan los pinchazos de Sporting y Celta. "En todo caso, buscarán ser el mejor segundo, algo que también da acceso a la fase final. Vendrá con todo a disputar el partido, pero nosotros tenemos mucha confianza en nuestro trabajo y en las cosas que hicimos bien en la última jornada", señala García.
