El equipo ourensano, recién ascendido a la División de Honor juvenil, es colíder después de ganar al Sporting de Gijón

El Pabellón no falla

Un jugador del Pabellón intenta controlar un balón (Foto: JOSÉ PAZ)
El pasado sábado el Pabellón juvenil subió un palmo más un listón que sigue superando récords propios jornada tras jornada al ganar al Sporting de Gijón y colocarse como colíder. En su regreso a la División de Honor el equipo ourensano se mantiene en la zona alta de la clasificación, algo sólo comparable a la mejor generación pabellonista con jugadores como David Soares, Jaime Noguerol, Manu Rodríguez, Gonzalo Jamardo o Daniel Portela en la que el equipo acabó segundo la primera vuelta. Aquella generación acabó sufriendo para lograr la permanencia, la misma meta que mantiene inamovible el Pabellón 2011/2012.
Quino Iglesias, técnico pabellonista, tiene claro que la victoria ante el Sporting y la situación en la Liga no debe modificar la planificación marcada: 'Tenemos que estar muy serenos todavía, va a ser muy complicada la temporada. Sé que el día que perdamos se hablará de que se esfuma el sueño del Pabellón y cosas por el estilo y me preocupa que pueda afectar a la mentalización de los chavales'. Aunque pone la mano en el fuego por la plantilla: 'Tenemos la experiencia de la derrota ante el Santander en casa y luego el equipo se levantó perfectamente. Los jugadores se ven con seguridad porque competimos en todos los campos'.

35 puntos suelen cifrar la diferencia entre seguir en la élite juvenil o regresar a la Liga Nacional. Una pelea inevitable para un club acostumbrado a pelear por esa meta temporada tras temporada: 'Ojalá podamos este año aspirar a algo más pero nuestro equipo es muy especial. Si tuviésemos la fortuna de asegurar pronto la permanencia y seguir aquí arriba quizá debería optar por preparar el equipo para el año que viene antes que pensar en disputar la Copa del Rey'.

Pensamientos todavía a medio plazo para una plantilla que saborea aún la victoria ante el líder, el Sporting: 'No podíamos ilusionarnos en exceso con el partido. El primer gol ni lo celebré y cuando ganábamos 3-0 seguía pensando que se podía complicar'. Y añade: 'Quizá jugó a nuestro favor que no se creían que pudiésemos competir con ellos y cuando se dieron cuenta ya perdían 3-0'.

Una victoria de la que Iglesias fue el único damnificado: 'Les prometí a los chicos que si ganámos corría la San Martiño. ¿Cómo fue? Acabé hundido, me adelantaron hasta los caracoles'.

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