“Me picaba el gusanillo”

Francisco Romero, en una céntrica calle de Ourense.
El empate en Lalín (1-1) supuso el punto y final a la etapa de Ramón Dacosta en el banquillo del Arenteiro. De héroe en el ascenso a cuestionado cuatro meses después. Su sustituto es una de las caras más conocidas del fútbol ourensano, Francisco Romero.
Regresa a un banquillo en el que estuvo hace dos temporadas y también con la permanencia en Preferente como objetivo. Ahí se acaban las similitudes: 'Es muy distinto a la otra vez y la verdad es que yo también lo he cogido de otra manera. Me picaba el gusanillo. Esta vez hay margen para salvar al equipo aunque debemos tener claro que no será fácil conseguirlo'.
El lunes entrenó primera vez con su nuevo equipo y las primeras pinceladas ratifican la apuesta por el fútbol de toque que siempre ha caracterizado al técnico de Rianxo: 'Hemos empezado por intentar enseñarles a sumar como a mi me gusta. Luego habrá que empezar a restar y a multiplicar. Expliqué como quiero que juguemos y como quiero que toquemos el balón'. Y añade: 'No hay un estilo de juego que te garantice ganar los partidos porque si no sería el que utilizamos todos. Como no lo hay, yo siempre prefiero divertirme y creo que los jugadores también. Si tengo que morir prefiero hacerlo viendo la cara del asesino y no la espalda'.
Estilo innegociable que 'pega' con los jugadores del Arenteiro: 'Sí, creo que los jugadores que tenemos con los correctos. Ese es el plan A y es el que vamos a utilizar. No vamos a traer a nadie si antes los que están no nos demuestran que no valen. El 70 por ciento del equipo inicial para el domingo contra el Areas ya lo tengo en la cabeza pero la clave no es lo que yo piense, son los jugadores. El primer día siempre dan un plus más pero deben tener claro que si alguien nos puede sacar de esta situación son ellos'.

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