El delegado en Ourense de la Federación Gallega presentó su dimisión hablando de 'trato de favor' y 'cacicadas'

Rebelión en el baloncesto

El delegado en Ourense de la Federación gallega de baloncesto, Armando Álvarez, hizo oficial una dimisión que ya transmitió el miércoles por carta al presidente autonómico, Francisco Martín.
Álvarez aseguró sentirse tremendamente decepcionado con las ultima decisiones tomadas por la federación autonómica de cara a la configuración de las categorías para la próxima temporada y llegó a hablar de trato de favor hacia algunos clubes primando el trato personal con los directivos sobre las directrices marcadas por la propia federación. 'No puedo ser cómplice de algunas cosas que se están haciendo sabiendo que se incumplen descaradamente las directrices marcadas por la propia Federación y que hacen pensar que hay trato de favor con algunos clubes', dijo Álvarez.

Álvarez, vicepresidente de la Federación gallega, aportó numerosos datos por escrito en los que asegura se demuestra la división de los grupos en distintas categorías en función de los intereses partidistas de algunos clubes: 'Lo que no podemos es pasarnos por alto a la junta directiva de la Federación, pasarnos por alto lo que se aprobó en la Asamblea y hacer unos grupos como a un señor representante de un club se le antoje. Pero claro, es un señor 'amigo'. Cacicadas no las podemos consentir'.

Además del vicepresidente de la Federación gallega también presentaron su renuncia al cargo el director técnico del Comité Gallego de Árbitros, Carlos Cortés; el presidente del Comité gallego de árbitros y delegado de la Federación en Ferrol, Javier Uría; el director técnico, Iago Casal; el responsable del área de entrenadores, Carlos Ferro; el anterior director técnico, Jorge Iglesias; y el vicepresidente primero, Vicente Becerra.

En las próximas semanas este grupo contestatario al actual modelo autonómico presentará una moción de censura y presentarían una candidatura alternativa en caso de haber elecciones a la presidencia algo que a día de hoy se antoja remoto ya que éstas se produjeron el año pasado y el mandato del actual presidente es de cuatro años.

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