Iván Ocampo se impuso en la decimoquinta edición de una carrera de Castrelo de Miño que congregó a más de 300 participantes en la línea de salida

La San Silvestre más dura

Fe (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Castrelo de Miño sigue siendo referencia en las citas atléticas que despiden el año. La San Silvestre no baja el listón en participantes y lo sube en exigencia para los corredores para consolidarse en el calendario autonómico. 349 inscritos para una prueba que alcanzó su decimoquinta edición.
La climatología condicionó la previa de la carrera pero respetó a los participantes. 'Por la mañana tuvimos que marcar por tercera vez el recorrido porque con tanta agua se nos borraba una y otra vez', asegura la concejala de deportes del concello de Castrelo de Miño, Maribel Rodríguez. Ella fue la encargada de diseñar el recorrido. Menos metros pero más dureza: 'Le quitamos un kilómetros pero lo quisimos hacer más técnico y también más duro. Algunos corredores me decían de broma si queríamos matarlos, pero también nos dijeron muchos que era un trazado precioso'.

A partes iguales entre la exigencia de pendientes que llegaban hasta el 30 por ciento en la zona de San Esteban y a la vez de enorme belleza paisajística al eliminar las zonas de carretera y asfalto y sustituirlas por viñedos y senderos. 'Es un reto para los participantes pero a la vez disfrutas corriendo por sitios así', añade Rodríguez.

En los 6.300 metros de recorrido, la emoción por la victoria se redujo a dos corredores casi desde la salida. El atleta local Iván Docampo y el pontevedrés Javier Paredes rompieron el grupo e impusieron un ritmo sin alternativa. La victoria final fue para el de Sampaio con un tiempo de 20.43:59, aventajando en la línea de meta en diez segundos a Paredes. El tercer peldaño del podio fue para el ourensano Óscar José Seoane. La primera femenina fue la atleta ourensana del Comesaña Iria Fernández con un tiempo de 26.47:78.

En la carrera de menores llegaron a la meta 41 atletas. El ganador fue Abraham Rodríguez; segundo acabó Lucas González y tercero fue Ismael Colmenero.

Los nombres propios de una San Silvestre de Castrelo a la que acudieron atletas de Tenerife, Mallorca e incluso uno de Irlanda y que tiene el futuro garantizado. Queda saber si deberá seguir insistiendo en un recorrido que no dejó indiferentes a los participantes en la última carrera del año en Ourense.

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