Buen juego y buena victoria. El COB gustó y se gustó ante un rival que hace un mes era líder en solitario y que si no salió del Pazo con una derrota abultada fue por la generosidad del COB haciendo un montón de faltas.
Los ourensanos fueron superio res en todo y convencieron con un juego por primera vez en la temporada equilibrado. Zamora y Griffin reventaron el partido en el segundo cuarto y el resto fue un encuentro de una sola dirección. Un 25-4 intachable resolvió el partido. Griffin se adueñó de la zona y por primera vez también en ataque. La defensa asfixió a un Caja Rioja que lo intentó todo y al que no le salió nada.
El trabajo de ayudas maniató a los riojanos, que vivieron toda la segunda mitad de los tiros libres. Ros y Sony convirtieron el terreno ofensivo riojano en un campo de minas impredecible y devastador. Los tiros libres le sirvieron al Caja Rioja para evitar el bochorno pero nunca para atisbar la victoria y mucho menos para luchar por ella.
Moore se encargó de plasmar en puntos el buen trabajo colectivo. El base fue la punta del iceberg de un bloque brillante en defensa y notable en ataque. Una vez más, los triples disparaon la diferencia, pero casi siempre nacidos de la coherencia y la buena circulación del balón.
La victoria confirma la evolución de un equipo cuyo techo se antoja todavía lejano pero al que sólo los finales igualados privan de estar ya en el grupo de los mejores. Ratificarlo ante el Cornellá es la siguiente meta.
La defensa
El Caja Rioja anotó 20 puntos en la segunda mitad de tiros libes. El COB apretó en las líneas de pase, selló la zona y anuló a un Smith que sólo anotó dos en toda la segunda mitad.
El equilibrio
Damien Griffin no deslumbró pero demostró tener nivel para ser importante a poco que tenga la cabeza fría. El pívot está cada vez mejor y el juego del equipo sube muchos enteros.
El trabajo de ayudas maniató a los riojanos, que vivieron toda la segunda mitad de los tiros libres. Ros y Sony convirtieron el terreno ofensivo riojano en un campo de minas impredecible y devastador. Los tiros libres le sirvieron al Caja Rioja para evitar el bochorno pero nunca para atisbar la victoria y mucho menos para luchar por ella.
Moore se encargó de plasmar en puntos el buen trabajo colectivo. El base fue la punta del iceberg de un bloque brillante en defensa y notable en ataque. Una vez más, los triples disparaon la diferencia, pero casi siempre nacidos de la coherencia y la buena circulación del balón.
La victoria confirma la evolución de un equipo cuyo techo se antoja todavía lejano pero al que sólo los finales igualados privan de estar ya en el grupo de los mejores. Ratificarlo ante el Cornellá es la siguiente meta.
La defensa
El Caja Rioja anotó 20 puntos en la segunda mitad de tiros libes. El COB apretó en las líneas de pase, selló la zona y anuló a un Smith que sólo anotó dos en toda la segunda mitad.
El equilibrio
Damien Griffin no deslumbró pero demostró tener nivel para ser importante a poco que tenga la cabeza fría. El pívot está cada vez mejor y el juego del equipo sube muchos enteros.
