Falcón; Vasco Fernandes, Noguerol, Catalá, Roberto Lago; Jonathan Vila, López Garai, Trashorras; Dani Abalo, Cellerino y Papadopoulos. Eusebio ya sabe quienes son los jugadores en los que debe confiar y así lo hará, al menos hasta que estos no le hagan cambiar de idea.
El Celta ha reaccionado y lo ha hecho en base a un once tipo que le ha costado encontrar más de dos tercios de competición. Si no ocurre nada extraño en los dos entrenamientos que quedan de semana, el técnico repetirá la alineación que ganó el pasado sábado al Rayo Vallecano, algo que sólo ha hecho dos veces esta temporada. Ésta, a su vez, fue muy similar a la que puso en liza ante el Cartagena hace dos semanas, ya que sólo dos jugadores, Roberto Lago y Falcón, no estuvieron en ella y fue debido al encuentro de sanción que debían de cumplir. La buena dinámica del equipo es la excusa perfecta que ha encontrado Eusebio para dar continuidad a una idea. Cuando el equipo cayó eliminado en la Copa del Rey anunció que se habían acabado las rotaciones, pero se vio obligado a continuar con el baile de nombres porque el equipo no carburaba. Los resultados al fin han llegado y el técnico celeste respira tranquilo y se pasea ya con un once definido bajo el brazo. La primera de las líneas que encontró estabilidad fue la defensa. Los pocos goles encajados provocaron que Vasco, Noguerol, Catalá y Lago se asentaran en ella. A la zaga le siguió el mediocampo con la explosión de Trashorras, la solvencia de López Garai y el crecimiento de Vila. Lo que más costó fue hallar estabilidad en el ataque, pero parece que el rendimiento de los fichajes invernales, Papadopoulos y Cellerino, ha convencido a Eusebio a pesar de su escasa aportación goleadora y junto a ellos se ha colado Abalo, que atraviesa el mejor momento de la temporada.
