China, la segunda economía mundial, continuó ralentizando su crecimiento en el transcurso del tercer trimestre de 2011, en el que el Producto Interior Bruto aumentó un 9,1 por ciento con respecto al mismo periodo de 2010, pero cuatro décimas menos que en el trimestre anterior.
Según las cifras que ayer publicó el Buró Nacional de Estadísticas (BNE), en el acumulado entre los meses de enero a septiembre el PIB chino ascendió a 32,06 billones de yuanes (5,02 billones de dólares, 3,65 billones de euros), lo que supone un ascenso del 9,4 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior.
La economía china prosigue así su tendencia descendente, ya prevista por el Gobierno comunista, después de dos años de políticas de estímulo para hacer frente a la crisis financiera global, y habiéndose fijado para 2011 un crecimiento de en torno al 8 por ciento.
El BNE publicó ayer otros indicadores económicos nacionales, como la producción industrial, que entre enero y septiembre creció un 14,2 por ciento, mostrando también una ralentización (ya que durante en la primera mitad del año el crecimiento fue del 14,3 por cien).
La economía china prosigue así su tendencia descendente, ya prevista por el Gobierno comunista, después de dos años de políticas de estímulo para hacer frente a la crisis financiera global, y habiéndose fijado para 2011 un crecimiento de en torno al 8 por ciento.
El BNE publicó ayer otros indicadores económicos nacionales, como la producción industrial, que entre enero y septiembre creció un 14,2 por ciento, mostrando también una ralentización (ya que durante en la primera mitad del año el crecimiento fue del 14,3 por cien).
