La presidenta alemana insiste en mantener la agenda reformista en los países en crisis de la eurozona

Merkel descarta que el banco único esté operativo en enero

La canciller alemana, Angela Merkel, durante su extenso encuentro con los medios. (Foto: MICHAEL KAPPELER)
La canciller alemana, Angela Merkel, consideró ayer 'relativamente improbable' que el Banco Central Europeo (BCE) pueda empezar a supervisar al sector financiero en enero de 2013, frente al propósito de Bruselas y los deseos de España en esa dirección.
Merkel realizó estas declaraciones en un extenso encuentro con los medios de comunicación, en el que también abogó por que prosigan las reformas en los países de la eurozona en crisis y en el que defendió el plan de compra de bonos soberanos del BCE.

La canciller, reiterando las reticencias planteadas este fin de semana por su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dudó de las posibilidades reales de poner en práctica la propuesta de la Comisión Europea, que quiere que el supervisor bancario esté a pleno rendimiento a principios de 2013.

Argumentó que es 'preciso' cierto nivel de 'calidad' en el desempeño de estas funciones de control tendentes a consolidar la unión bancaria en la eurozona y que alcanzarlo requiere tiempo. A su juicio, la zona euro no puede 'decepcionar a los mercados' proponiendo medidas y plazos para salir de la crisis que luego no puede cumplir, algo que ya pasó en repetidas ocasiones en el pasado y 'ha dañado' la credibilidad de Europa.

La posición alemana a este respecto afecta directamente a las aspiraciones de España porque Madrid sólo podrá recapitalizar directamente a los bancos -sin que el préstamo compute como deuda y déficit- si la autoridad bancaria está operativa.

Según lo acordado en la cumbre europea de junio, el permanente Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) podrá emplearse para inyectar dinero directamente en los bancos, una vez que se haya puesto en funcionamiento la autoridad bancaria común.

Asimismo, Merkel aprovechó su intervención para defender el plan de compra de bonos soberanos anunciado por el BCE, argumentando que las perturbaciones en los mercados de deuda están dañando la política monetaria, competencia del banco central.

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