Xinzo de Limia y Verín están disfrutando de una de las jornadas entroideiras más emocionantes de sus Entroidos: la salida, por primera vez, de las pantallas -Xinzo- y cigarrones -Verín-. En ambos puntos, dos de los que conforman el Triángulo Máxico del Entroido, se vivieron momentos de puro sentimiento y alegría. Una cita esperada por sus personajes característicos, pero también por los entroideiros de corazón.
El Corredoiro de Xinzo
En Xinzo, poco después de mediodía, las campanillas resonaban con fuerza en la capital limiana. Eran las pantallas, que tras un año de espera salieron a la calle con orgullo y elegancia. Día de nervios, de emociones. Y es que todo entroideiro espera la llegada del Domingo de Corredoiro de Xinzo de Limia con la ilusión e inocencia de un niño pequeño para maravillarse con los bailes de las pantallas y el sonar de sus campanillas y vejigas.
Las calles del casco viejo y la Praza Maior se llenaron de colores, música y “troula”. Eso sí, las grandes protagonistas fueron las pantallas, las reinas del Entroido limiano, que portaron con orgullo un traje que corre de generación en generación. La cita estuvo acompañada durante todo el día por las charangas Manía y Nova, quienes pusieron la nota en el Domingo de Corredoiro para que los entroideiros –y los que no lo son tanto- disfrutaran de una jornada de regocijo. Y eso que en Xinzo la festividad ya comenzó hace un par de semanas: “Da igual, as ganas e a felicidade que causa o Entroido son infinitas, todos os días son emocionantes”, comentaban entroideiros.
De hecho, este fin de semana de Corredoiro ya se pudo ver durante la jornada del sábado a numerosos vecinos disfrazados y haciendo algo que caracteriza y distingue al Entroido de Xinzo de Limia: parodia y comedia.
El Corredoiro de Verín
Por su parte, en Verín, el desfile de los cigarrones salió de la avenida de Castilla, debido al incremento de participación año tras año. Desde allí desfilaron cientos de cigarrones. Muchos de ellos quedaron corriendo por la Praza Maior, otros en la Praza do Cigarrón y muchos otros fueron a saludar a los feligreses a la salida de las misas de la Iglesia Parroquial y la Iglesia de A Merced. La tradición pervive.
El cigarrón tomó las calles y reinó en el día de su estrena. Y entre el sonar de los chocos y el alborozo de los vecinos, comenzó en la Praza Maior de Verín la música de la mano de la discomóvil A Gramola. Desde el escenario, a mediodía, presentaron al pregonero del Entroido de este año: “Fernando Fumaces, o do pilón”, un entroideiro de “los de toda la vida” que roba carcajadas con su característico humor allá a donde va.
Y al grito de “Viva o Entroido de Verín”, los cigarrones se siguieron luciendo en la villa del Támega, haciendo que vecinos y visitantes se emocionaran a su paso. Entre música y jolgorio, los entroideiros comenzaron a desfilar por los restaurantes de la villa: el cocido y la bica triunfaron en las mesas de las familias y amigos que celebraron el Entroido. Y la vida.
