ENTROIDO

Los felos recorren la Sierra de San Mamede con el sello de interés turístico

Las máscaras con mitra de los felos van imponiendo su ley en un carnaval que data de 1890. 

Las autoridades del Carnaval de Maceda, los 'Felos', en la provincia de Ourense, han celebrado hoy su recorrido iniciático por las aldeas de la sierra de San Mamede, con sus brincos, por primera vez bajo la categoría de Fiesta de Interés Turístico de Galicia.

En total, más de ciento cincuenta "Felos" de Maceda, toda una autoridad este sábado, jornada en la que estas máscaras con mitra, camisa, corbata y cayados bajan de la sierra, han tomado los pueblos y aldeas repartiendo alegría e imponiendo la ley de su bastón.

Aunque se tiene constancia documental y fotográfica de un traje del año 1890, este carnaval, de origen incierto, se celebra de forma ininterrumpida desde el año 1997 y cuenta en la actualidad con el sello de Fiesta de Interés Turístico de Galicia, distinción que le fue concedida por el Gobierno gallego el año pasado, sumándose así a sus parientes del triángulo mágico de Ourense que conforman Laza, Verín y Xinzo de Limia.

A pesar de la climatología, los embajadores del carnaval han desafiado al frío y han salido a la calle para departir su alegría con los vecinos de los pueblos de la zona, en una de las fechas más representativas de este carnaval que ya aparece en el calendario de fiestas de Galicia.

De espíritu anárquico, estas figuras no se someten a ningún canon a diferencia de sus parientes orensanos. Según recoge el historiador, Santiago Prol, en varias publicaciones, es "una máscara que hace lo que quiere" y que no se somete a una disciplina, siempre acompañada por sus 'esgutíos', una especie de aullido anunciador de su llegada, y brincos que realizan sin cesar.

En su publicación 'O Carnaval de Galicia', el historiador Federico de Cocho asegura que los más viejos del lugar no recuerdan que estos personajes dejasen "de troulear" (estar de fiesta) ni en pleno periodo de la dictadura franquista.

El propio Bouza Brey otorgó a este personaje -que no lleva disfraz sino que se viste- un sentido mucho más amplio que el de la actualidad.

Según cuentan las historias, los felos recorren desde tiempos inmemoriales las aldeas de Tioira, Santirso, Xinzo da Costa y Castro de Cuadro, entre otras, sin programa organizado, lo que hace difícil para el visitante localizarlos en caso de no ir a primera hora.

A diferencia de sus parientes los Cigarróns, en Verín, o los Peliqueiros, de Laza, su traje se caracteriza por ser "una indumentaria" mucho más "rústica", con borlas de diferentes colores y medias negras y cinco chocas -en vez de seis- más pequeñas.

Como manda la tradición, es habitual que los vecinos de la zona les abran las puertas de las casas, antiguamente con el fin de ofrecer comida, una costumbre que actualmente se ha trasladado a otros lugares, como las pallozas, y que se realiza en zonas del oriente orensano y de Bande.

Durante todo el recorrido, los personajes -que antiguamente sólo llevaban hombres solteros y que ahora también lleva alguna mujer- no dejan de imponer la tiranía de su bastón, elemento que les servía de "apoyo y de protección" en su recorrido a pie, pero también su alegría y sus bailes.

Antiguamente, estas máscaras se cree que actuaban solas o en parejas y nunca mostraban su rostro, oculto tras un gesto autoritario, adornada con la ilustración de un animal o ave representativa de la sierra de San Mamede.

En lo que respecta al resto del traje, los historiadores comparan los atuendos a los que utilizaron los soldados en la batalla de Napoleón y en las guerras Carlistas, y que se habrían extendido a otras localidades.

El exalcalde de la localidad, Xavier Oviedo, confía en que el distintivo suponga "el espaldarazo definitivo" para esta fiesta en Galicia, que durante muchos años se vio en peligro por la escasa presencia de felos en el lugar y que actualmente está en boga.

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