El Miércoles de Ceniza significa el fin del carnaval. Para despedirse de él, los ourensanos salieron para celebrar el clásico Enterro da Sardiña. La Praza Maior reunió a las plañideras, vestidas de riguroso luto, que acompañaron a la sardina antes de terminar quemada.
Los lloros y lamentos de la comitiva se oyeron por la ciudad. La calle Lamas Carvajal, el Paseo, el Parque de San Lázaro, Santo Domingo, Xoán de Austria o la plaza de Santa Eufemia se convirtieron en testigos de la tristeza por el fin del Entroido.
Tras acompañar a la sardina por estos emplazamientos, la comitiva regresó al punto de partida, la Praza Maior. El cortejo fúnebre estuvo acompañado de la charanga Nova Terra de Trives, que puso música a la tristeza. Al terminar, la sardina fue devorada por las llamas para despedir el desenfreno que se vivió durante los días de fiesta, como marca la tradición.
Sardinada en Seixalbo
Más de una semana de "troula" después, los vecinos de Seixalbo dieron por finalizado su Entroido de Paquita y Nicanor. Aquí se vivió un nuevo Enterro da Sardiña desde el Parque da Infesta. La tristeza se adueñó de todos ellos durante el cortejo fúnebre en la noche de ayer. A su regreso al punto de partida, quemaron la figura emblemática del Miércoles de Ceniza para disfrutar después de una sardinada.