El libro de condolencias de la Embajada de Bélgica en España recoge desde esta mañana multitud de mensajes de apoyo y cariño de ciudadanos de distintas partes del mundo
El libro de condolencias de la Embajada de Bélgica en España recoge desde esta mañana multitud de mensajes de apoyo y cariño de ciudadanos de distintas partes del mundo en memoria de las víctimas del doble atentado de ayer en la capital europea, como el de José Manuel: "Comparto el dolor y lo hago mío".
Así dice uno de los mensajes que se puede leer desde antes del mediodía - antes del minuto de silencio en memoria de las víctimas- en ese libro de condolencias en el que a esa hora ya habían estampado su firma más de cuarenta personas.
"Nacido en Bélgica, de padres españoles acogido por este pueblo magnifico y tolerante donde los haya. Comparto el dolor y lo hago mío. No hay palabras suficientes para arropar a los familiares pero si hay suficientes para gritar bien alto ¡Basta Ya!", escribía José Manuel en el libro que ha abierto a las diez de la mañana la Embajada, ubicada en un edificio de la Castellana de Madrid.
La embajada está en una de las plantas de este edificio, en el que también se encuentran varias empresas, como la sede del Deutsche Bank en Madrid, y hoy desde su portal se deja ver la solidaridad de la sociedad española para con el pueblo belga.
A través de uno de sus ventanales lucen velas con los colores de la bandera belga y lo hacen sobre una mesa con un mantel verde en la que se han colocado ramos y coronas de flores, a modo de altar.
"En memoria de las víctimas de los atentados de este martes 22 de marzo. Embajada de Bélgica en España", reza un cartel enmarcado.
Fuera ya del portal, en la calle, frente al cristal, se aprecian varios ramos de flores y velas encendidas junto a algunos mensajes como "Porque Bruselas vuelva a ser la ciudad feliz, mágica y encantadora que visité este verano. España con Bélgica" o "Covite con las víctimas del terrorismo de Bruselas".
Otros dos mensajes en francés se unen a ese dolor: "El corazón de Europa sigue latiendo fuerte, más fuerte que nunca" y "La violencia es el temor a los ideales de los demás".
El personal de la Embajada se ha parado a leer cada uno de los mensajes al terminar el minuto de silencio, en el que la emoción se ha dejado ver en algunos trabajadores, que nunca esperaban que cometido tendrían hoy: facilitar a las personas que se acercan a la sede a expresar su apoyo a los belgas frente a la barbarie.
"Somos ciudadanos españoles de origen colombiano. Hemos vivido la barbarie y la sin razón de estos actos. Ya sean por motivos religiosos o políticos no tienen ninguna justificación. A los familiares de las víctimas y a toda la población belga nuestros más sinceros abrazos. Ánimo y mucha fuerza", dice uno de los mensajes del libro.
"Con mi profundo sentimiento y con la seguridad de que el mal no triunfará en nuestra Europa", indica otro mensaje, al que se unen otros: "No tengo palabras para escribir este sentimiento. Toda víctima, toda persona dañada directa e indirectamente se siente hoy como un hermano. Todo el amor del mundo a Bélgica".
Oraciones y pésames envían otras personas para "sus amigos los belgas", como lo ha hecho también Consuelo y su marido, una pareja que vive en Mazarrón, donde ella ejerce como profesora.
Estos días estaban en Madrid para visitar a su hijo y Consuelo no ha querido dejar de ir a la embajada porque, según ha dicho a Efe, "la palabra es la mejor arma para combatir esta violencia absurda que nosotros no entendemos".
Emocionado también se sentía hoy Paco, periodista colaborador de un diario belga y vecino de Bruselas durante mucho tiempo. Ayer vivió la jornada con emoción porque el metro en el que tuvo lugar una de las explosiones era un lugar de salida habitual para él.
Paco ha querido dejar un mensaje en francés haciendo un guiño al humor belga: "Vamos a combatir a esos imbéciles y a su odio con las patatas fritas y con cervezas belgas"
