La suspensión ayer de militancia de la diputada de Podemos por Canarias Meri Pita, que se pasó al Grupo Mixto, abrió una nueva brecha en esta formación que algunos dirigentes califican de “muy profunda”. Tanto que incluso no descartan que otros diputados morados puedan seguir el camino de Pita por el profundo malestar que aseguran que existe dentro del partido desde hace tiempo y que se desbordó después del giro de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental, que para algunos miembros de Podemos es inadmisible y exigía otra respuesta por parte de Ione Belarra y no seguir en el gobierno.
Según otras fuentes moradas, Podemos “se está desangrando” y la dirección no es capaz de verlo y ya solo es una ‘pancarta’ con cada vez menos gente detrás. Convirtieron a Podemos en otra Izquierda Unida, en un partido más, lamentan, que no tienen nada que ver con el proyecto con el que irrumpieron en la política en 2014.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, instó ayer a Podemos a que resuelva la “crisis interna” tras la salida de Pita, tras criticar duramente a la formación morada, a la que acusó de no ser una organización “ni democrática ni plurinacional”. La ministra explicó que habló con Pita y apeló al partido morado a que gestione la situación y la resuelva. “Es una crisis interna que no se puede abordar desde otros lugares”, afirmó.
