SANIDAD

Galicia, única autonomía con la receta electrónica implantada

  Otras cinco comunidades ya la tienen integrada en su sistema sanitario aunque no al 100%

La Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) denunció ayer las diferencias en la puesta en marcha de la receta electrónica en el Sistema Nacional de Salud (SNS) ya que actualmente sólo cinco comunidades (Galicia, Baleares, Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura y País Vasco) tienen este sistema integrado en Atención Primaria y Especializada, así como en todas las oficinas de farmacia.

Los datos de un estudio presentado durante el VI congreso nacional que celebraron en Málaga, que sin embargo muestra como Galicia es la única región en la que el 100% de las recetas que se emiten en todos los niveles asistenciales son de carácter electrónico, mientras que en Andalucía, Comunidad Valenciana y Baleares es del 95 por ciento, País Vasco (88%) y Extremadura (84%).

Tras éstas se sitúan Cataluña y Castilla-La Mancha, que tienen implantada la receta electrónica en el 100% en las farmacias y en Atención Primaria pero no en la especializada (95% y 68%, respectivamente), lo que hace que representen el 90 y el 55% de todas las recetas que se prescriben en estas comunidades.

Por contra, en Madrid y Asturias la receta electrónica está poco implantada tanto en la Primaria como en las farmacias, lo que hace que apenas representen el 7,5 y el 4,1% de todas las recetas prescritas, mientras que en Murcia, La Rioja y Castilla y León no existe o está en fase de pilotaje.

HERRAMIENTA

El estudio también pone de manifiesto que el uso de la receta electrónica se enfocó por las administraciones hacia la gestión administrativa y burocrática de los procesos de prescripción y dispensación de medicamentos, lo que permitió mejorar la gestión al permitir tener en tiempo real el conocimiento del consumo y adecuarlo a los recursos económicos. Además, este enfoque facilitó también disminuir la burocracia y el número de visitas del paciente al centro de salud.

El estudio indica también que existe una paradoja entre las posibilidades que la receta electrónica ofrecería a las farmacias (al dar a los farmacéuticos más protagonismo al no tener que ir los pacientes tantas veces a sus centros de salud) y la realidad de su desarrollo.

Los datos del estudio corroboran esta idea pues el 86 por ciento de los farmacéuticos comunitarios españoles considera que la receta electrónica es una herramienta exclusivamente de control administrativo que no desarrolló sus posibilidades sanitarias.

Por ello, defienden que "si se dotara al farmacéutico de los medios necesarios para desarrollar su labor de agente sanitario completo, la receta electrónica podría contribuir mucho a mejorar la atención sanitaria de los pacientes", según señalaba Vicente Baixauli, vicepresidente de la sociedad de farmacia comunitaria.

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