Una juez de Sevilla dictó una sentencia de divorcio en la que ordena dividir en dos una vivienda de forma que cada cónyuge se quede con una parte, pese a que el piso es propiedad de los padres del marido.
La juez del Juzgado de Familia 7, explica que el piso consta de 250 metros cuadrados que en realidad son dos viviendas unidas, por lo que con unas 'mínimas obras de adaptación' puede quedar dividido en dos partes independientes, una con cuatro dormitorios y tres baños y la otra con tres dormitorios y dos baños.
El piso, situado en Sevilla, es propiedad en realidad de los padres del marido, pero la juez recoge que desde que hace un año la pareja decidió disolver su matrimonio no tomaron ninguna acción contra su nuera y dos nietas, que se quedaron en él, por lo que deduce que no desean desalojarlas.
El padre deberá ejecutar a su costa las obras para independizar ambas viviendas.
El piso, situado en Sevilla, es propiedad en realidad de los padres del marido, pero la juez recoge que desde que hace un año la pareja decidió disolver su matrimonio no tomaron ninguna acción contra su nuera y dos nietas, que se quedaron en él, por lo que deduce que no desean desalojarlas.
El padre deberá ejecutar a su costa las obras para independizar ambas viviendas.
