Entre el desánimo y la esperanza. Así se encuentran los ciudadanos de Lorca dos años después del terremoto que sepultó la ciudad bajo montañas de escombros, una paradoja emocional que está marcando el inicio de un proceso de reconstrucción que será largo y difícil.
La catástrofe, que se llevó por delante la vida de nueve personas y que dejó 324 heridos además de innumerables destrozos materiales, aún está por reparar. La falta de soluciones impide cerrar las heridas de los murcianos, que vivieron el segundo aniversario de la catástrofe en silencio, sin actos públicos de conmemoración ni de recuerdo a las víctimas del terremoto, aunque días antes se echaron a la calle para denunciar 'la innación por parte de las Administraciones públicas', cuya lentitud administrativa, criticaron, solo ha permitido la reconstrucción del 30% de la ciudad.
