El periodista estuvo doce veces en ese país y ha visto la evolución del conflicto hasta la llegada del Estado Islámico
Felipe Ferreiro, director de Cruz Roja en Ourense, inició su presentación hablando de la trayectoria de Antonio Pampliega en el campo del periodismo de guerra. Tras su amplia intervención, dio paso al ponente del Foro La Región. Pampliega se presentó a la sala diciendo que cualquiera tenía el derecho de preguntar. Hechas las presentaciones, no le quedó más remedio que hablar de su secuestro: "Desgraciadamente, me conocerán porque estuve secuestrado en Siria". El periodista frivolizó un poco con el tema, a pesar de que fueron 207 días de cautiverio. "Para mí es un accidente laboral", remarcó.
Pampliega apostó por el refrán "una imagen vale más que mil palabras" para explicar a la grada qué era el conflicto en Siria, cómo se inició y lo que es ahora. Al comienzo, mostró fotografías de lo que parecía una revolución pacífica contra el régimen de Bashar Al-asad pero poco a poco el conflicto fue degenerando hasta lo que se convirtió en el actual conflicto. Según un vídeo que el periodista mostró a la sala, un total de 250.000 personas han muerto en cinco años de guerra. Pampliega estuvo 12 veces en Siria y comentó que al final, tras el inicio de la guerra: "Da igual si uno es seguidor del régimen o un rebelde, ambos son iguales en este momento". Pero ante todo esto la duda que le asaltó al público fue: ¿Cómo aguantas todo? A lo que respondió con claridad: "La cámara es mi parapeto ante la realidad de Siria".
Una de las asistentes apreció que en las imágenes del conflicto no había mujeres heridas. Pero el periodista dio la clave: "Es un país tradicional y las mujeres no salen a la calle. Además, no nos dejan grabar a las mujeres". Pampliega también quiso resaltar en su intervención el trabajo de los llamados "cascos blancos", es decir, los voluntarios sanitarios que ayudan a los heridos civiles y que "están nominados al Premio Nobel de la Paz". Explicó que tienen que trasladar a la gente a Turquía para tratarles.
Pampliega vio un centro de formación infantil rebelde, estuvo en ciudades en las que antes "los olores y los colores eran fantásticos" y que ahora no queda nadie. Concluyó que se va a volver a ir a Siria porque "yo soy lo que soy, soy periodista". Aunque reiteró que mucha culpa del odio a los refugiados es culpa de que los medios no ponen interés para contarlo y, al mismo tiempo, echó la culpa a países como Qatar, Rusia o Estados Unidos "que venden armas" a los contendientes.
