El Auditorio Julio Vázquez, en Pobra de Trives, acogió este jueves una nueva edición del Foro La Región protagonizada por el veterinario y educador ambiental Javier Merino. El escritor Chicho Outeiriño abrió el acto haciendo una breve introducción presentando al ponente y recordando como le conoció en el Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León de Félix Rodríguez de la Fuente, dando así la palabra a Javier Merino, quién comenzó su ponencia explicando la importancia de hablar para gestionar el lobo, “hablar de evolución, ecología, historia, y no perder el diálogo, que parece que es lo que está pasando”, así es como el ponente define la principal manera de actuar en su centro. Con un ameno power point arrancaba su intervención, con un índice de intenciones, sobre la historia del lobo y cuando empezó su relación con el hombre, poniendo en relevancia que “hablan de 20.000 años atrás, de cuando empezó la domesticación, aunque las fechas son relativas y pueden variar”. “El período de domesticación duró unos 10.000 años hasta que conseguimos un perro” contó Merino, explicando los cambios morfológicos de lobo a perro.
“Ver un lobo en la naturaleza es una suerte y un accidente, porque el va a huír” señaló el ponente, exponiendo que el lobo, ante la presencia del hombre, huye.
Desde 1900 el lobo ha ido disminuyendo hasta que en los años 60 ha repuntado según Merino, siendo el punto de inflexión Félix Rodríguez de la Fuente y la Ley de Caza del año 71, en la que el lobo entra como especie cinegética de caza mayor. Desde el año 53 al 62 se habla de la muerte de 1.961 lobos. A continuación se expuso la evolución a nivel nacional y la presencia de lobos según los censos y controles anuales. Esos estudios arrojan el dato de que “casi el 80% de la superficie de Galicia es territorio de lobos”, plasmando esta información mediante un mapa.
Además Merino señaló que tanto en el Macizo Central ourensano como en Ancares (Lugo) nunca ha dejado de haber lobos, después se ha ido recuperando y ampliando su presencia hasta la situación actual. En el censo del 2012-2014 se reflejan 297 manadas en España, 84 en Galicia y de ellas de 26 a 32 estarían en la provincia de Ourense, eso quiere decir que hay 26 propias y 6 que se comparten con las provincias vecinas. Desde el 2013 no se encontraron ni huellas de lobo en Sierra Morena, por lo que en Andalucía el lobo está extinguido.
La caza sigue existiendo y eso le ofrece a Merino la oportunidad de recoger muestras, ayudándole así a hacer sus estudios. Hay además una estimación de 200 muertos anuales por atropellos y furtivismo.
En cuanto al futuro se prevé un censo para el 22/23 al alza, en base a trabajos y estudios recientemente realizados. “Lo normal es buscar manadas, y el 76% de los datos de manadas se confirman por la presencia de crías, pero el problema es decir cuantos lobos por manadas hay”, subrayó el ponente. La variación de los censos puede variar por muertes diversas: edad, envenenamiento, accidentes, furtivismo o enfermedades, a pesar de lo cual afirmó que se prevé un aumento de lobos en este nuevo censo.
El problema del lobo somos nosotros, ellos se adaptan al terreno, así se explica que los lobos en Galicia son peculiares arrojando datos sobre su alimentación, en Lugo se alimentan de caballos básicamente mientras en Ourense lo hace de perros. Por otro lado, en cuanto a la ganadería, tener mastines, pastorear con el rebaño y que la ganadería duerma resguardada son las mejores medidas, que ahora con la ganadería extensiva se han relajado, señaló el ponente.
En el debate posterior, varios asistentes del público participaron con sus preguntas preocupados por variedad de temas, desde saber si la catalogación del lobo sería necesaria hasta defensas contra él como la caza. “Creo que todo es contra la caza, entonces dentro de unos años no habrá cazadores, solo profesionales que habrá que contratar para cazar cuando sea necesario” respondió el veterinario. La gestión de la caza es fundamental, no su prohibición, según expuso Merino.
La convivencia entre lobo y jabalí también salió a la palestra, explicando Javier Merino que el jabalí es la comida preferida del lobo, el problema es que no hay tantos lobos como debiera para regular a los jabalies.
Una nueva oportunidad turística de futuro
En su ponencia expone Javier Merino que “hay dos tipos de lobo, el lobo real y el lobo imaginario: lo que creemos que es, lo que pensamos que representa y lo que queremos que sea. Debemos saber que el lobo es el mejor veterinario que nos ha dado la naturaleza”, pero a pesar de esa mala imagen que muchas veces se tiene del lobo, el veterinario no tiene claro que esta nueva ley sea la solución al problema.
Además de los problemas con la caza y la ganadería, explica el veterinario que el turismo lobero bien puede ser una fuente económica en la zona.
