Martín Ovejero: “La cara es siempre la expresión más auténtica de las emociones”

El experto en comunicación y abogado José Luis Martín Ovejero fue el invitado al Foro La Región, celebrado este jueves en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, en un acto presentado por el periodista Mario Nespereira. El conferenciante, durante su ponencia, resaltó las virtudes de la comunicación no verbal, esa que, a veces, dice más que las propias palabras. Expresar sentimientos o emociones es algo inherente al ser humano, y es que, como explica Ovejero, “se puede dejar de hablar, pero nunca se puede dejar de comunicar”. “Quien solo se queda con las palabras se lleva el cofre, pero se deja el tesoro, y ese tesoro es la comunicación no verbal”, aseguró, y la definió como “todo eso que estamos transmitiendo a quienes nos observan o nos escuchan y no se deriva del puro significado de diccionario de la palabra”. Destacó que “cuando el cerebro siente con intensidad una emoción lo va a decir, y a veces lo va a gritar a través del rostro”, una tarea que desarrolla gracias a los movimientos de los músculos faciales, esos que son “imposibles” de manipular. “Cuando analizo a los protagonistas de nuestra actualidad siempre me preguntan si se le puede haber enseñado a mentir empleando el rostro, y no se puede”, subrayó. Según su visión, la palabra es la única forma de transmitir una mentira, aunque la expresión corporal y, principalmente, la de la cara, nunca acompañarán a esta mentira, por mucho que se entrene. MENOS DE UN SEGUNDO Cuando el cerebro racional quiere frenar al emocional, puede hacerlo pero después de un tiempo, ya que las primeras reacciones en la cara siempre se manifiestan, y tienen una duración mínima de “un cuarto de segundo”. “La cara es la expresión más auténtica de nuestras emociones”, destacó. Este tipo de comunicación que trasciende a lo hablado viene de “nuestros ancestros”, porque “no hemos aparecido de pronto en la tierra sin una herencia genética, y esa herencia es la comunicación”. La comunicación gestual debe siempre ser complementaria a la palabra, ya que sin ella no se pueden entender las reacciones. Los principales signos que exponen la actitud del receptor de un mensaje son: la cara, los gestos, la postura corporal, la distancia, la mirada, el contacto y la apariencia. “Controlar los gestos se aproxima a una partida de póquer”, aseveró. EL CUERPO NO MIENTE Mencionó la importancia de las “reacciones fisiológicas”, entre las que destacó el “quedarse pálido o los temblores”. También otorgó gran importancia al “paralenguaje”, que conforman el volumen, intensidad, latencia de respuesta, silencios y la verbalización, algo que está muy enfocado a la detección de la mentira. “Nuestro cerebro, cuando está convencido de lo que está contando se comunica de forma distinta a cuando no se cree ni una sola palabra de lo que dice, y la gran diferencia consiste, sobre todo, en que cuando una persona dice la verdad existe una sola historia en su cerebro, mientras que una persona que miente maneja dos historias en su cerebro”, explicó. Los nervios suelen ser un delator del mentiroso, y esto se debe a que, cuando una persona miente, “obliga al cerebro a trabajar en modo multitarea, y esto se le da muy mal”. Si en una conversación, el que está hablando muestra signos contrarios entre su relato y lo que expresa su cuerpo, el receptor dará más importancia a lo no verbal. SIN PREJUICIOS Uno de los principales escollos a la hora de detectar mentiras, aseguró, son los prejuicios, los sesgos, ya que el cerebro siempre tenderá a creer la versión que más se adapta a sus creencias. “Lo peor que podemos hacer es prejuzgar, porque el prejuicio va a desechar lo que contradiga a lo que tiene arraigado”, manifestó. Explicó que el ser humano tiene siete emociones básicas (alegría, tristeza, ira, sorpresa, asco, desprecio y miedo), y cada una activa una serie de músculos faciales en concreto. Este tipo de lenguaje “es universal” y en todo el mundo se comprende aquello que la cara expresa con su gesto. Cada una de estas emociones tiene una parte de la cara que lo delata, y normalmente son los ojos -sobre todo las patas de gallo-, el entrecejo y la boca. LOS LABIOS DE RONALDO DELATARON SU MALESTAR Ovejero es un experto en el escrutinio de las personalidades famosas, desde políticos a deportistas, en los que ve con frecuencia intentos de mentira. También detecta en muchas ocasiones palabras no dichas, y que la cara se encarga de expresar. Como ejemplo puso el caso de Cristiano Ronaldo, quien mientras recibía un Balón de Oro apretó en demasía sus labios al escuchar al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, decir que el mejor jugador que había pasado por el club era Alfredo di Stéfano, algo que no sentó bien al luso.