El que fue alcalde de A Coruña entre 1983 y 2006, y embajador de España en el Vaticano entre 2006 y 2015, Francisco Vázquez, fue el último invitado al Foro La Región, celebrado este jueves por la tarde en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. La presentación del evento corrió a cargo del historiador Carlos Sixirei Paredes, quien definió al invitado como “una figura que ha destacado en la política gallega y española desde hace decenios”. Tras la introducción, Vázquez inició su ponencia sobre las “1.001 historias romanas de la batalla de Lepanto, política y diplomacia”, tema que abarca también en su último libro, recientemente publicado.
El exregidor coruñés comenzó su ponencia expresando una “satisfacción íntima y familiar con Ourense”, ciudad de la que proviene su familia paterna. Recordó que no es un historiador, sino “un divulgador”, y explicó que el motivo que le llevó a escribir un libro sobre la batalla de Lepanto responde a una invitación a dar una conferencia sobre el tema por parte del Ejército de Tierra, del que fue nombrado embajador. “La batalla de Lepanto tiene una importancia capital porque representa el freno al expansionismo islamista, que primero representaron los árabes y que en aquel momento representaba el Imperio Turco”, aseguró.
Subrayó que este conflicto supuso “la primera derrota de la marina turca”, que no había perdido ninguna batalla hasta la fecha, a pesar de medirse con ejércitos de entidad como la marina italiana. Su importancia, argumentó, queda demostrada en la cantidad de veces que fue reproducida en todo tipo de formas, desde la pintura, la música e incluso desde la filatelia.
El análisis que Vázquez realiza de este conflicto parte desde la perspectiva de Roma, debido a su proximidad con el territorio, ya que fue embajador ante la Santa Sede. “Cuando desaparece el Imperio Romano, lo que fue Roma quedó como la presencia del cristianismo”, manifestó, y agregó que “Europa se apoya en la mentalidad cristiana”.
El islam
“Unos siglos más tarde aparece una religión expansiva y dominante: el islam”. Una religión que, según sus palabras, intentó sustituir “lo que era Roma por el islam”. La expansión del Imperio Turco, valoró, chocó con el crecimiento del otro gran bloque del momento: el Imperio Español. “España tiene un papel fundamental porque había vivido ocho siglos de guerra de reconquista para expulsar a los invasores árabes, tenía una experiencia acumulada”, aseveró.
Destacó que uno de los grandes objetivos de Isabel la Católica fue la conquista del norte de África, consciente, aseguró Vázquez, del potencial peligro que representaba ese territorio para la integridad territorial española. De la monarca aseguró que “tenía una visión privilegiada”.
“Estas amenazas de los turcos, quien pronto las descubrió fue Felipe II”, recordó, y agregó que en aquellos tiempos, “había unos 350.000 moriscos viviendo en España”, lo que supone cerca de un 5% de los ocho millones que, aproximadamente, poblaban el territorio nacional. “Felipe II tenía una idea clara de que el objetivo fundamental era dejar a un lado la política europea que había tenido su padre y frenar el expansionismo del Imperio Turco, que incluso ponía en peligro la continuidad del Imperio Español”, valoró.
El papel de Roma
“En aquellas épocas nada pasaba sin que tuviera una relación con Roma”, manifestó, y se refirió a la figura del papa Pío V, de quien dijo que “es el primero que intenta poner orden, es un papa austero, pero sobre todo es un papa obsesionado con la amenaza turca”. “El papa se da cuenta de que de un momento a otro la basílica de San Pedro podía convertirse en una mezquita”, declaró Vázquez, para quien el pontífice “no estaba equivocado”. “El papa va impulsando la necesidad de formar una gran alianza”, concluyó.
Los turcos, agregó, continuaron su expansión por Europa, hasta que en Malta sufrieron una importante derrota, en la que participaron combatientes españoles, quienes prestaron una inestimable ayuda a los caballeros malteses.
